El contorsionismo es un arte que requiere de mucha preparación y talento. Es una práctica milenaria que solo algunas personas pueden realizar, debido a que se requiere de una flexibilidad impresionante y una elasticidad especial que permite que se puedan adoptar posturas de enorme dificultad. Ver un show de ese tipo puede ser bastante impresionante, si es que es ejecutado por profesionales. Sin embargo, si dicho espectáculo lo realizan amateurs, quizás el resultado pueda ser desagradable.
Con la presentación del tercer Gabinete del Gobierno de Pedro Castillo, hemos observado cómo algunos políticos han empezado a practicar, públicamente, algunos ejercicios de contorsionismo.
Verónika Mendoza, quien aparentemente despertó ayer de su letargo (ver aquí ), lanza una serie de tuits rompiendo su alianza con el Gobierno porque según ella “Se impusieron el chantaje neoliberal, la presión del conservadurismo, el oportunismo, la informalidad, los intereses corporativos”. ¿Cómo? ¿Qué clase de justificación es esa? La presión del conservadurismo los doblegó cuando juramentó Bellido como PCM, y por si no les quedaba claro él lo expresó fuerte y claro en varias declaraciones públicas. La informalidad les importó poco o nada cuando salieron los audios del Ministro de Transportes destruyendo el transporte público (ver aquí ), los intereses corporativos no les hizo pestañear tras estallado el escándalo de Breña, Karelim, Abudayeh, PetroPerú. ¿Entonces? ¿De qué está hablando la Sra. Mendoza?
Una y otra vez se les dijo que se podía realizar un apoyo crítico al Gobierno, que pudieron adoptar otra actitud distinta a la de ser los constantes justificadores del desastre (ver aquí ), que debieron plantear líneas rojas y límites, pero decidieron ser barristas de la precariedad. Decidieron ser la izquierda inconsecuente que pretendía hacerle creer al “pueblo” la idea romántica del provinciano humilde que lucha contra 200 años de enemigos en el poder.
El sector mendocista justificó una alianza, repitiendo la muletilla de que “con Keiko sería peor”, cuando un voto crítico y con condiciones hubiera sido mucho más sano. Ayer, al enrostrarles que Pedro Castillo no ha cambiado y sigue siendo el mismo conservador que pretendía debilitar instituciones, siguieron usando la excusa de Keiko Fujimori. En medio de este lamentable contorsionismo siguen sin entender que una cosa era votar por alguien ante un escenario de segunda vuelta nefasto, y otra muy diferente era ofrecer un co-gobierno alcahuetero.
Anoche, en una entrevista lamentable, Sigrid Bazán – congresista del grupo mendocista – llega a admitir que “es cierto que hay una mafia de Transportes”. ¿Cómo? Los audios comprometedores del Ministro de Transportes que ella había apoyado hasta anteayer, nunca la hicieron convertirse en una voz crítica, no la vimos manifestarse cuando defenestraron a la Jefa de la SUTRAN. ¿Cómo pueden tener el descaro de decir algo al respecto ahora? (vean nuestro post al respecto aquí )
A medida que la entrevista seguía avanzando, la congresista ensayaba nuevas posiciones de contorsionismo político. Llega a decir “¿Qué pasa si se hace un cambio? (…) Yo no sé quién está tomando las decisiones”. ¿Cómo? ¿Cambio? ¿Uds. apoyan sin saber quiénes están tomando las decisiones? ¿Cómo puede decir eso después de escuchar a Jaico, Vásquez y Guillén?
Nunca se les vio apoyar a Mirtha Vásquez cuando era ridiculizada por las actitudes de Pedro Castillo una y otra vez (visitantes de Breña, cartitas a ministros, desplantes). ¿Por qué no se les escuchó decir nada sobre lo que denunciaba Guillén hace semanas? ¿Por qué recién levantan la voz tras ser expectorados del Gabinete y perdieron su cuota de poder? ¿Cómo pasaron por alto tantas denuncias de corrupción?
Recién ahora que sus aliados (junto al fujimorismo) están dando pasos certeros contra la SUNEDU, nos vienen a contar que marcharían por defender la reforma universitaria. Perdón, pero el Ministro de Educación no es nuevo en el puesto, ha sido ratificado. Ese ministro es aquel que uds. mismos han respaldado, y su posición frente a la SUNEDU no ha cambiado. ¿Entonces?
Resulta indignante – e insultante – escuchar la mediocridad de ciertos políticos que se justifican con que en la orilla de al frente hay golpistas y fujimoristas. ¡Señores, de esa gente no se esperaba nada! Pero quizás de uds. mucha gente sí esperó otra cosa.
Escucharlos izar nuevamente las banderas de la defensa de la mujer resulta un espectáculo de muy mal gusto, luego de que silbaron al techo cuando su aliado Bellido le dice a una congresista – bastante relacionada con la corrupción, por qué no decirlo – que “solo le falta que la violen”. Uno se pregunta, ¿dónde estuvieron en estos meses? ¿En Disneylandia? Ojalá hubieran sido igual de enérgicos cuando teníamos al anterior misógino en PCM, imagínense el tiempo que nos habríamos ahorrado.
No, señoras. No se sacudan así nomás. Así como no podemos acompañar a golpistas inventores de fraude en sus marchas ridículas lideradas por Sheput y compañía, no las acompañamos en su terrible hipocresía y su repentina indignación cuando perdieron su cuota de poder. Uds. decidieron tomar esas actitudes políticas creyendo que la estrategia correcta era “luchar desde adentro”. Válido, pero no pueden pretender que eso no tenga un costo político, ni mucho menos menospreciar la inteligencia y memoria de los peruanos.
Como dijo Alberto Vergara ayer, «el antifujimorismo es inútil si es que no tiene, antes y sobre todo, la convicción afirmativa de la defensa de la democracia«. Mirar para el costado no nos ayudó a defenderla. Al día de hoy, uds. no nos representan. Su show de contorsionismo no genera aplausos, sino más bien sentimientos desagradables.
Foto: tomada de http://circusstarusa.com/stephanie-and-sydney/
