Podemos sacar algo muy positivo de la entrevista que la ministra de la Mujer, Anahí Durand, brindó a Sudaca (ver enlace aquí ). Esto es que, finalmente, los aliados “progresistas” del Gobierno que la ministra representa se sacaron las caretas.
El movimiento de Verónika Mendoza, al cual perteneció Durand, supuestamente se autocatalogaba como defensor de las mujeres, de la igualdad de género y del derecho de las minorías. Sin embargo, estaría mostrando su verdadera cara al hacer suya la tristemente célebre frase “el fin justifica los medios”. Por captar temporalmente una pequeña cuota de poder o por ocupar un asiento transitorio en el Gabinete, la ministra Durand demuestra cuáles son sus prioridades, qué víctimas son importantes y cuáles no. Así, alegremente, diferencia a agresores como el fallecido ex congresista Mamani (blindado por el fujimorismo en su momento) de los ministros denunciados por agresiones hacia las mujeres. Para Durand las agresiones de Mamani merecen su repudio y rechazo ya que pertenecía al fujimorismo, las de Lescano también, pero con sus compañeros de gabinete (Rubén Ramírez, Guido Bellido, Juan Silva) puede sentir una absoluta comodidad. Está tan cómoda con ellos que no le tiembla la voz al decirlo abiertamente.
¿Es posible sostener un doble discurso tan escandaloso? Ella misma nos demuestra que siempre se puede caer más bajo. Atribuye la sobredimensión de los escándalos a la prensa que le estaría siguiendo el juego a un grupo opositor que considera desestabilizador. Las denuncias no parecen importarle, el tema es quién las hace y que el debate no “se centre en la política, en lo que queremos emprender como gestión”. Es decir, no se puede caminar y mascar chicle al mismo tiempo.
Con absoluta desvergüenza y sin mirar la viga que tiene al frente, denuncia la instrumentalización de la lucha de las mujeres para inmediatamente deslizar que quienes la critican tienen rasgos de misoginia. Así, lanza un pequeño dardo hacia César Hilderbrandt por criticarla en su semanario. Es decir, la ministra se victimiza imitando el ejemplo de la congresista Sigrid Bazán cuando se le criticó su mal elaborado proyecto de ley sobre la Suspensión Perfecta (vean nuestro post que analiza el Proyecto de Ley aquí ).
Declara, además, que ella “no trabaja sobre pedidos y condiciones”, cosa que nos demuestra una lamentable carencia de principios y no negociables (vean nuestro post sobre «No Negociables» aquí ) que deberían estar presentes en cualquier político.
La actual ministra está definiendo públicamente cómo será su carrera política y tiene todo el derecho de hacerlo como ella crea conveniente. Sin embargo, es nuestra obligación exigirle que en el futuro ella misma no “instrumentalice” la lucha que tanto les ha costado a las mujeres para su propio beneficio político, habiendo quedado demostrado que no le incomoda respaldar agresores si éstos son sus aliados. No debería haber sido tan fácil la transición de abanderada a justificadora. Pero para personas como ella, el fin (cuota de poder, u otros) podría justificar los medios. Sería bueno que también le quede claro que sus medios podrían estar anticipándonos cómo será el fin de su carrera política.
Foto: Antonio Melgarejo / La República. Tomada de https://larepublica.pe/politica/2021/09/10/anahi-durand-hay-distintos-grupos-de-poder-interesados-en-que-este-gobierno-fracase-y-pronto/