Por Ricardo Gálvez del Bosque
¿Se acuerdan que hace unos días, desde este espacio (ver aquí ) nos preguntábamos cuál era el interés de hacer una campaña escandalosa contra la CIDH por un tema muerto, pasado e irracional sobre una petición ridícula del terrorista Víctor Polay Campos realizada en el 2007?
¿Por qué sacaban a la luz una noticia que no era noticia, con datos falsos, para generar indignación desde la ignorancia contra dicha instancia supranacional? Pues, no era en vano.
Tras desprestigiar en medios a dicho organismo, y tras hacer una campaña mediática con medias verdades, congresistas como el obtuso Almirante Jorge Montoya, han decidido presentar proyectos de ley para que denunciemos el Pacto y nos salgamos de la jurisdicción de la CIDH.
¿Por qué, ah? Más allá de lo ridículo de la propuesta dado que el Congreso no tiene esa facultad (y que dicho proceso que nos vuelve paria internacional demora como 2 años en hacerse efectivo), lo que nos anunciaban estos esfuerzos en lanzar mentiras por ventilador era la llegada de una estocada que planteaba darle la mayoría congresal a nuestro sistema democrático.
Con el descaro que tiene aquel que sabe que sus actos quedarán impunes, ya están orquestando la toma de la JNJ, el Sistema de Justicia y los organismos electorales. Y como sabían que tremendos arrebatos autoritarios y antidemocráticos serían denunciados por organismos como la CIDH, la ONU, y demás, había que anticipar el odio hacia dichas instituciones entre la población general.
Así, en sus mentes limitadas, la narrativa la podrían imponer ellos mismos, tras exponer sus iniciativas subalternas. “Esos organismos rojos que liberan terrucos y que nos quieren quitar la soberanía pretenden criticar nuestros actos, señores”. Aplausos en el circo, pensaron. “La JNJ es roja, por eso la defienden los proterrucos extranjeros, compatriotas”.
Con un Ejecutivo respetable, estas iniciativas legislativas como las de Montoya (que no tienen ni pies ni cabeza), serían una noticia anecdótica. Parte del folklore parlamentario, parte del circo de poca monta. Un bluff.
Sin embargo, tras el penoso comunicado de la Cancillería hacia las Naciones Unidas expresando “extrañeza” (permítannos reírnos) haciendo eco a las bravuconadas de nuestros “ilustres” congresistas, ya todo nos parece posible. Estos son capaces de intentar sacarnos de la ONU, de Sudamérica, del planeta Tierra y hasta de la Vía Láctea. Son capaces de derogar la “ley de la gravedad”, y el Ejecutivo les daría el amén para seguir flotando en el espacio.
¿Estamos rumbo a ser un país bananero? ¿O ya se nos puede ir premiando con el título?
Imagen: Cuenta de X (ex Twitter) de Congresista Montoya (@Alm_Montoya)