Por Ricardo Gálvez del Bosque
En una coyuntura en la cual – según varias encuestas – casi 8 de cada 10 peruanos desaprueba la gestión de Pedro Castillo a 9 meses de iniciado su mandato, al Presidente se le ocurre mandar al Congreso un proyecto de ley de reforma constitucional que habilita la convocatoria de una Asamblea Constituyente. El Parlamento, que a su vez tiene un rechazo un tanto mayor entre la población, recibe el manotazo de ahogado de un Presidente que se ve desbordado por el caos de su propio desgobierno y busca distraernos de la crisis económica que no sabe enfrentar, los casos de corrupción que lo rodean, y la cúpula de impresentables que lo acompañan en el poder.
Durante estos últimos meses, Vladimir Cerrón y compañía, han estado jugando a generar caos y propiciar momentos en los que se agudicen las contradicciones, para así jalar agua para su molino: un proyecto de Constitución que le permita hacerse del poder. ¿Le interesa a Cerrón la presidencia de Pedro Castillo? Por supuesto que no. Así como lo fue durante las elecciones, el señor Castillo simplemente es – en mente del sentenciado por corrupción, Cerrón – una ficha más en el tablero la cual está dispuesto a desechar cuando ésta le deje de ser útil.
La oposición responde
Mientras tanto, la oposición no sabe entender cuál es la estrategia de Cerrón (en Marzo la detallamos en este post ) y sigue en el juego torpe de entornillarse en el poder y demostrar ante el público su peor cara. En vez de responder alturadamente, o revisar la propuesta y poner en jaque a un Ejecutivo incapaz, la Presidenta del Congreso ha salido en conferencia de prensa a responder airadamente y con indignación la propuesta de Castillo. ¿Habrán creído que esa actitud pública los posiciona mejor ante los ciudadanos? ¿Siguen sin entender que las formas importan?
Peor aún fue el anuncio del congresista Cavero indicando que estarían trabajando en un proyecto de ley de reforma constitucional para recortar el mandato de Pedro Castillo. Con dicha propuesta pretenden atornillarse en sus curules mientras la ciudadanía elige una nueva plancha presidencial que, lógicamente, no tendría bancada parlamentaria. Es decir, se deshacen del presidente chotano, se quedan en sus puestos, y meten al país en una nueva crisis por 4 años más (o sabe Dios cuántos). ¿Qué les pasa? ¿No entienden que con esas posiciones siguen jugando a favor de la estrategia de Cerrón? ¿No la ven?
Los parlamentarios no están leyendo bien la coyuntura: su desprestigio es mayor, y la ciudadanía no quiere que se queden en sus puestos si es que Pedro Castillo y su plancha salen del Ejecutivo. Y lo más grave: no pueden ni deben romper el sistema presidencial pretendiendo que elijamos a un Ejecutivo sin representación parlamentaria. ¿No han leído ningún libro de historia del Perú para saber qué les pasa a los presidentes sin bancada en el Congreso?
¿Cómo poner en jaque a Pedro Castillo y Aníbal Torres?
Poniendo primero los intereses del país y no los propios. El Congreso podría lanzar una fabulosa contrapropuesta a la cortina de humo que ha lanzado Castillo. El mensaje podría ser el siguiente (y creemos sintonizaría perfectamente con el clamor ciudadano):
- Tomamos nota sobre el proyecto del Ejecutivo. No creemos que ésta sea la salida que necesita la población, menos aún en la coyuntura actual.
- Creemos que el Gobierno de Pedro Castillo nos está llevando por un camino peligroso de desgobierno, y que la corrupción que rodea al Presidente es preocupante. Por tanto, nosotros proponemos las siguientes reformas para que sean votadas en el Congreso y luego ratificadas por la ciudadanía en Referéndum:
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- Adelanto de Elecciones Generales, como disposición transitoria en la Constitución (tal cual se hizo en el 2000).
- Reformas políticas y electorales: Bicameralismo, renovación por mitades de la Cámara de diputados, reelección parlamentaria, primarias abiertas y simultáneas que permitan eliminar el voto preferencial en las Elecciones Generales (quizás aquí podrían hasta incrementar el número de congresistas para combatir la sub-representación).
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- Somos conscientes de que la crisis política no permite que nuestro país avance. Creemos que es momento de darle a la ciudadanía la oportunidad de decidir si desean que nos vayamos todos, con la esperanza de que nuevas Elecciones Generales – con nuevas reglas y condiciones – permitan un mayor clima de gobernabilidad para el país.
Dense cuenta. Anotarían un golazo y aquellos que hagan suya esta propuesta gozarían de legitimidad para ser reelectos. No sigan jugando con Cerrón a agudizar las contradicciones, no colaboren sembrando más caos. De persistir esta crisis política, arrasará con el Congreso también, y en río revuelto será más fácil caer en las “uñas” de Cerrón. Por aferrarse, se quedaran sin soga y sin cabra, dejándonos una peor crisis que la actual. Y no queremos eso, ¿no?
Imagen. Foto original de Michal Vrba en Unsplash . Montaje propio de PUNTO MEDIO.