Por Ricardo Gálvez del Bosque
Hace unos días publicamos un post en el cual mencionábamos las reuniones que tuvo el Cardenal Pedro Barreto con el Presidente Castillo (ver aquí ). El sacerdote salió de dichos encuentros con un mensaje de fe, informando a los medios que Castillo había reflexionado y era consciente de sus errores y que estaría dando pronto un giro radical a su (des)gobierno. Como lo detallamos, reconocimos las buenas gestiones e intenciones del hombre de fe, sin embargo, insistimos en que Pedro Castillo no tiene palabra y solo mece a los interlocutores que tiene al frente.
Ayer, el admirador de Hitler que tenemos de PCM, Aníbal Torres (quien volvió a mencionar al genocida en otro de sus discursos en esta semana) decidió comportarse nuevamente como lo que aparentemente es: un desatado. En una entrevista, muy suelto de huesos, llegó a llamar “miserable” al Cardenal Barreto. Lo citamos textualmente (el contenido entre paréntesis es nuestro):
“El Acuerdo Nacional no va a resolver nada (…) Allí tenemos un cura, el cura Valverde, (sin pausa, demostrando su actitud cachacienta) discúlpenme, me equivoqué el cura…¿no?…que es autoridad en Huancayo. En este momento me olvidé de su nombre, tan miserable puede ser esta persona.”
Recordemos el nivel de los PCM de Pedro Castillo: un misógino impresentable como Bellido, una Mirtha Vásquez ignorada (y con muchos errores), un loco acusado de violentar a las mujeres de su familia, y ahora un desatado que admira a Hitler y se lanza a decir tontería y media en los medios hasta llegar a insultar a un Cardenal de la Iglesia Católica. Por si fuera poco, orgulloso de lo que dijo – porque dice ser así, transparente – el poco lúcido ministro siguió envalentonado con las siguientes declaraciones:
“Yo he conversado con él en días anteriores, y él cree que uno es un tonto, que no se da cuenta, ¿no? (…) Utilizan (la derecha) incluso a un cura allí, que me equivoqué y dije Valverde. No es Valverde, es Barreto (…) Yo lo digo esto con toda transparencia, sin ningún temor. Yo salgo mañana del premierato y como si nada.”
Es decir, le llega altamente. La realidad, para este señor, es lo que él dice y punto. Sóbense.
Su permanencia en cualquier cargo del Ejecutivo es garantía de atropellos y locuras descaradas. Cuando fue Ministro de Justicia, este señor tuvo el descaro de despedir de manera irregular al Procurador que denunció a Pedro Castillo y no pasó nada. Además de sus típicos exabruptos que deberían ser analizados por especialistas, hace poco nos hizo pasar un papelón internacional con sus elogios al peor genocida de la historia mundial.
Lamentamos el maltrato que este Gobierno le da a las personas con buenas intenciones que buscan una salida a la constante crisis que ocasiona el caótico desgobierno de Pedro Castillo. Ayer, ha tenido que salir la Conferencia Episcopal peruana a señalar que el fin supremo de la sociedad y el Estado es el respeto por la dignidad de la persona humana, y que por tanto rechazan tajantemente los insultos vertidos por Aníbal Torres. ¡Qué vergüenza!
Una vez más tenemos que recordar que el responsable de mantener a gente de poca monta en puestos altos del Estado tiene nombre y apellido: Pedro Castillo. Bellido, Cerrón, Bermejo, Valer, Barranzuela, Maraví, Condori, Silva, Bustamante…¡Castillo pone a gente impresentable que estaría tomando el Estado como botín, repartiendo insultos y disparates, manejando todo con ineptitud, y destruyendo la precaria institucionalidad peruana!
Ya nos cansamos de usar la frase “Fulano de tal no debería permanecer como Ministro un día más”. Quien debería irse se encuentra más arriba en la jerarquía del Estado. Hoy tenemos en el premierato a una persona que debe ser evaluada (en todo el sentido de la palabra), que está desatada y debería ser expectorada de la política nacional. Ninguna asesoría de Anahí Durand en PCM arregla esto, más bien, su permanencia avala a este señor. Que quede claro.
Imagen: Fuente: Película “The Shining”. Foto de Aníbal Torres: PCM. Montaje de Punto Medio.