El día de ayer les comentábamos cómo el 2021 estuvo plagado de contradicciones (ver aquí). Sin embargo, en el Perú, sí tenemos noticias para celebrar. Una de ellas es el avanzado proceso de vacunación.
Al poco tiempo de que el Presidente Sagasti asumió el Gobierno de Transición, nos dimos con la desagradable sorpresa de que Vizcarra nos estuvo engañando vilmente. El ex presidente tuvo el descaro de anunciarle al país un cronograma de llegada de vacunas el 20 de agosto del 2020 – cuando ningún laboratorio estaba vendiendo, ni tenía aprobada su fórmula – con 30 millones de dosis (incluyendo 6.6 millones para el 4to trimestre del 2020). Lo nauseabundo fue constatar que no solo no había negociado ningún contrato, sino que además se había vacunado – junto a su familia – clandestinamente mientras que, con negligencia, no se preocupaba por negociar y cerrar contratos con los laboratorios (como lo hacían el resto de países) para que los peruanos puedan salvar sus vidas.
Sin embargo, el Gobierno de Transición decidió meterse de lleno en el problema y, partiendo con desventaja, empezó la titánica carrera por conseguir las dosis que el Perú requería. Con gran profesionalismo, transparencia, y con un trabajo que requirió los esfuerzos de muchos funcionarios de Cancillería, PCM y el MINSA, se lograron concretar contratos y plazos que salvaron muchísimas vidas. Además, se decidió sincerar las cifras maquilladas que nos ofrecía Vizcarra sobre las fatalidades que había ocasionado el COVID 19, pasando de 70 mil muertes oficiales a 180 mil.
Ante los pedidos absurdos de que la empresa privada importe las vacunas (Eran vacunas con aprobación de emergencia y ningún laboratorio la vendía a privados…¡solo a Estados!), el Perú demostró que podía armar y ejecutar un programa de vacunación estatal exitoso. El día de hoy, cualquier ciudadano mayor de 18 años puede vacunarse gratuitamente con sus 2 o 3 dosis en centros cercanos a sus domicilios, y eso es un éxito por donde se le mire.
También fue bastante bueno que el Gobierno que se instaló este 28 de Julio, a pesar de las diferencias ideológicas, haya entendido que los programas exitosos de sus antecesores podían y debían continuar. En un país en donde casi todos los gobiernos intentan hacer borrón y cuenta nueva tras cada cambio de mando, que se haya decidido darle continuidad a la política pública de vacunación ha sido una excelente noticia.
Estos hechos positivos nos estarían demostrando que:
- Se puede hacer política diciendo la verdad dolorosa, hasta en las peores circunstancias. El sinceramiento de cifras, revelar la precariedad del Estado en la compra de vacunas, fue una movida valiente y honesta. Y hacerlo desde un Gobierno de Transición, inestable políticamente, nos demuestra que no se tiene que mentir para gobernar.
- Se puede trabajar en equipo. MINSA, Cancillería, FF.AA., Essalud, apoyo privado, pueden realizar esfuerzos conjuntos para lograr lo que se propongan.
- Tenemos un MINSA preparado para realizar un programa de vacunación exitoso.
- Se le puede dar continuidad a buenas políticas públicas, a pesar de los cambios de Gobierno. Esta práctica debería repetirse en todos los sectores posibles.
Así que, sí. El 2021 también trajo buenas noticias.
Foto: Fuente EPA, tomada de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56072179