Por Ricardo Gálvez del Bosque
Mientras todos andamos distraídos por la recesión, por la reducción de personal en nuestros centros de labores, por las compras navideñas y el caos de diciembre, hay unos individuos conspirando contra el futuro de nuestro país: nuestros congresistas.
Lamentablemente, el Congreso parece haberse convertido en una guarida de delincuentes de poca monta, los cuales canjean a distintos precios sus votos. “Pregunte, casero. Sin compromiso”.
¿Darle prórroga a las universidades para que sus maestros no tengan maestrías ni doctorados? Pase y sírvase. ¿Darle una nueva “oportunidad” a universidades no licenciadas? Aproveche, casero. Estamos de oferta. ¿Quitarles la posibilidad a los ciudadanos para elegir a sus candidatos y así – siquiera – mejorar en algo la oferta electoral política? ¡Eliminado de un plumazo! ¿Ponerle trabas a la colaboración eficaz y candados a la extinción de dominio? ¡Perfecto! ¡Que vivan las organizaciones criminales y el narcotráfico, se ha dicho!
¿Qué les regalaremos a cambio de esto a nuestros congresistas? 3 años y medio de sueldo mínimo para cada uno, por el mes de diciembre. Además, claro está, de un aumento de más de 20% en su presupuesto del próximo año para que despilfarren más de 200 millones extra.
Pero eso no es lo más grave. (¿Qué? ¿No?). No, señores. Mañana viernes, votarán y buscarán destituir a toda la Junta Nacional de Justicia. ¿Por qué? Porque osó suspender a la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, siguiendo su reglamento disciplinario al encontrarla inmiscuida en graves delitos de corrupción, ¡en contubernio con varios congresistas!
Por tanto, como los han encontrado con las manos en la masa y como ha caído su aliada en corrupción, pretenden tomar por asalto un organismo constitucionalmente autónomo. ¿Venganza? ¡Bah! Seguro hay de eso. Pero lo más importante es que éste es un botín codiciado por muchos desde hace tiempo: la JNJ nombra jueces, fiscales y a los jefes de los organismos electorales. Entonces, con la ayuda de los congresistas que han delinquido y temen caer, una mayoría parlamentaria buscará darle un golpe mortal a la democracia.
“¿A la democracia? ¡Qué exagerados! ¿Tanto escándalo por defender a fulano y mengano, caviarazos miembros de la JNJ?”. No, mi estimado traumado. Abra su mente y déjese de niñerías ridículas. ¡No importan si se llaman Juana, Chana o Perensejo! No han cometido falta, se están inventando un proceso, y los van a destituir en una demostración bárbara de abuso de poder. Y con eso, están haciendo añicos la separación de poderes. A-Ñ-I-C-O-S.
¿Qué creen que va a pasar cuando llegue al poder algún autoritario de izquierda, tipo Antauro (que dicho sea de paso, ya tiene partido inscrito)? ¿Ah? Tendrá la mesa servida, pues. Ya sabe que, desde el Congreso, podrá controlar la JNJ y con eso tendrá en sus manos a la Fiscalía, al Poder Judicial y a los Órganos electorales. ¿Cómo quién? ¡Como Maduro y Chávez! Y, ¿quién nos va a defender ahí, eh? ¿Patricia Chirinos y Alejandro Muñante con sus argumentos ignorantes y matonescos? ¡Fritos, pescaditos!
Uno de los principios esenciales de las democracias es la separación de poderes. Si dejamos que estos congresistas la tomen por asalto, con premeditación, alevosía y ventaja, será el principio del fin. Advertidos estamos.
Imagen: Composición Punto Medio