Por Gabriel Moreno Alcántara
En sociedades con un modelo democrático como base principal de su ordenamiento sociopolítico, el derecho a protestar y reclamar pacíficamente está o debería estar garantizado. Ahora bien, cuando las sociedades comienzan a perder el interés en los problemas por los que atraviesa su país o intentan hacerse ‘de la vista gorda’ para no fastidiar su día es un punto de quiebre para elevar el sonido de las alarmas de que algo preocupante está sucediendo.
En los últimos meses, han sucedido serias reformas y cambios en instituciones gubernamentales que han preocupado a much@s connacionales. No sólo por la seria coyuntura en SUNEDU, TC, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo e incluso con las posturas actuales dentro del gobierno, sino ahora con los intentos por copar instituciones judiciales como la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Y es que el principal interés del Congreso por lograr romper con la tendencia de votos actuales dentro del colegiado es poder manejar al Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) e incluso el Registro Nacional de Identidad y Estado Civil (RENIEC) para poder lograr eliminar cualquier futura duda de fraudes o movidas dudosas en procesos electorales.
Este fin de semana, un grupo considerable de personas se manifestó de manera ordenada y respetuosa por las calles reclamando por la gestión abusiva del Congreso y del gobierno, en complicidad, ante un ente judicial que debería permanecer independiente siempre. Y con más énfasis reclamaron porque corren rumores que un proyecto de ley comienza a tomar fuerza y este versa en que cualquier persona que colabore, brinde recursos o promocione la asistencia a una manifestación, sería procesada penalmente; entonces, ¿dónde queda la libertad de expresión mediante una marcha pacífica?
Este contexto despierta el hecho de reforzar la idea que los derechos civiles ganados y que son provechosos y positivos no tienen por qué perderse por contextos temporales de ideologías de gobierno. Es un sinsentido. Intentar recortar o limitar el derecho a manifestarse por calles es tan ilógico como desear restaurar la pena de muerte o incluso legalizar de vuelta la esclavitud: ¡NO! Y soy creyente en que cuanto más nos aprieten y limiten, más reclamaremos y nos manifestaremos desde cualquier flanco: calle, redes, entornos cercanos, etc. En generaciones jóvenes el hecho de reclamar por todo lo que consideren condenable se ha vuelto algo natural y que tal vez no lo era tanto en tiempos pasados, donde quienes reclamaban eran los de tendencia radical. Eso es valioso en una sociedad y esperemos nunca se apague la llama de decencia y honra en nosotrxs.
Imagen: EFE/ Aldair Mejia. Tomada de https://www.infobae.com/peru/2023/09/16/marcha-por-la-democracia-en-vivo-convocan-manifestacion-contra-congreso-por-intentar-remover-miembros-de-jnj/