Por Martín Hernández Berrocal
Esta última semana, en el Congreso, el tema educativo ha estado en boca de todos. Y no necesariamente porque se han hecho bien las cosas. El 6 de septiembre se produjo un cambio en el Gabinete Ministerial, resaltando, entre otros nombramientos, la renuncia de Magnet Márquez, quien venía ejerciendo el cargo de ministra de Educación. En su reemplazo, la presidenta Boluarte designó a Miriam Ponce, quien venía ejerciendo como viceministra de Gestión Pedagógica.
La razón detrás del cambio parte por el hecho de que la exministra Márquez había dicho públicamente que iba a observar la ley que pretendía reinsertar a la función docente a aquellos “profesores” que fueron destituidos. En sus descargos, la exministra señalaba que cuando salió la ley de la Carrera Pública Magisterial, estos docentes nombrados interinamente tuvieron la oportunidad de ingresar a la misma siempre y cuando saquen su título, para lo cual tuvieron dos años, y aprueben una evaluación. Sin embargo, al día de hoy, más de 14 mil docentes no habrían cumplido los requisitos, razón más que suficiente para poder ser despedidos.
Es ahí que talla la pregunta, ¿qué estamos haciendo con la educación de nuestros niños? ¿La meritocracia es algo que se da realmente en el país, o es parte de favores subalternos, producto de la victoria electoral de dicho sector, y que ahora están cobrando su parte de la torta?
La educación es fundamental no solo para formar ciudadanos de bien, sino para que podamos contar con personas que puedan, en un futuro, ser la esperanza de miles de peruanos, ser la luz que pueda conducir a un país y sea el motor del desarrollo que venimos esperando desde hace décadas.
Sin embargo, si desde pequeños vemos que la preparación que reciben sale, en parte, por personas que están evidentemente sin las aptitudes necesarias para llevar a cabo su labor, ¿qué podemos esperar?
Toca luchar desde nuestra cancha para que no se ponga en riesgo lo más preciado que tenemos. La educación en nuestro país no puede quedar en manos de un grupo de personas que, ahora que han llegado al poder, piensan desestabilizar la manera en la que se ha venido desarrollando la carrera magisterial, deshonrando a quienes sí se han preocupado en adquirir nuevas estrategias y metodologías más efectivas para poder transmitir conocimiento.
Desde el Congreso, la chamba es aún más dura. Es muy probable que la ley sea aprobada en una próxima sesión del pleno, pero a la vez hay una opción de que el Poder Ejecutivo demande su inconstitucionalidad.
Solo queda rezar, y esperar que al menos por una vez, el Perú tome una decisión acertada.
Nuestro futuro está en juego.
Imagen tomada de https://www.elperuano.pe/noticia/209731-procuraduria-denuncia-a-congresista-katy-ugarte-por-recorte-de-sueldos-a-trabajadores