Por Martín Hernández Berrocal
Cuando anunciaron por primera vez el uso de la Inteligencia Artificial (IA) como soporte para nuestra vida cotidiana, nadie se imaginó que, por el contrario, íbamos a tener más problemas que beneficios.
Si bien es cierto, la IA ha emergido como una de las tecnologías más transformadoras de nuestros tiempos, permitiendo automatizar tareas, reducir errores y analizar datos de manera avanzada, también ha generado preocupaciones y desafíos importantes que deben ser abordados con pinzas.
A propósito de lo ocurrido en el colegio St. George’s de Chorrillos, es preciso indicar que el primer problema que salta a la vista es la seguridad cibernética y la privacidad. Es muy fácil obtener fotos para posteriormente ser trucadas e incluso extorsionar a las víctimas. Al fin de cuentas, la calidad es tan perfecta que es muy difícil distinguir de cuando una foto es real o editada. Por ello, es esencial que este gobierno, como mínimo, pueda establecer regulaciones adecuadas para proteger los datos de las personas y fomentar mecanismos de revisión y control en el espacio cibernético.
El segundo problema que se observa justamente es la seguridad cibernética. A medida que la IA se vuelve más sofisticada, también lo hacen las amenazas cibernéticas. Los piratas informáticos pueden utilizar la IA para lanzar ataques más sofisticados, lo que requiere una seguridad cibernética más avanzada.
Encima, en un contexto político tan peculiar como el peruano, es evidente que malas personas van a tratar de desprestigiar a rivales y adversarios con la propagación a diestra y siniestra, aun sabiendo que los perjudicados no solamente serán ellos, sino también sus familiares y entorno cercano.
Esto lleva a un tercer problema: La ética y responsabilidad. Es urgente determinar quién es responsable en caso de decisiones incorrectas o dañinas tomadas por sistemas de IA. La creación de directrices claras y estándares éticos es fundamental. Por ello se requiere con carácter de urgencia determinar leyes y normas para un uso responsable de las nuevas tecnologías. Es imperativo que este Congreso, al menos, pueda sentar las bases y podamos tener claro en qué casos podemos utilizar la IA y en qué casos va a ser considerado una falta o delito.
Abordar estos desafíos requerirá un enfoque multidisciplinario que involucre a gobiernos, empresas y la sociedad en su conjunto. La IA tiene el potencial de mejorar nuestras vidas de muchas maneras, pero es crucial abordar sus problemas para aprovechar al máximo esta tecnología transformadora.
Imagen tomada de ATV Noticias Edición Matinal.