Por Gabriel Moreno Alcántara
El actual presidente del Congreso peruano, Alejandro Soto Reyes de la región Cusco, se encuentra severamente descalificado para continuar presidiendo la mesa directiva de dicho poder estatal. Este no es un hecho aislado ciertamente; ya sus antecesores presentaron serios cuestionamientos para mantenerse en dicho cargo. Maricarmen Alva, Lady Camones y José Williams enfrentaron en más de una ocasión denuncias y mociones de censura, siendo la segunda censurada tras haberse filtrado unos audios en donde se le oía obedecer pedidos de César Acuña para priorizar una ley declarativa que favorecía directamente a la región La Libertad.
No sólo le bastó a Soto haber presionado a su defensa legal para acogerse a una ley, en la cual él mismo votó antes de ser elegido presidente del Congreso, y que permite la prescripción adelantada en un proceso judicial que llevaba en su contra por los delitos de estafa y falsedad genérica, sino que ahora ha salido a la luz a través de la prensa que asesores suyos pagarían publicidad en favor de Soto. Los chats filtrados muestras coordinaciones con personas enteramente identificadas donde se mencionan montos a pagar, pedidos de refuerzos en redes ante mensajes en contra de Soto, etc. ¿Cuál es el nivel ética del presidente del Congreso? Lo dejo abierto para la conclusión de cada unx de ustedes…
Esto sin contar una denuncia previa de nepotismo y embarazo a una mujer. Ciertamente, una presidencia con toda esta carga de cuestionamientos no se podrá sostener por 12 meses…
Vale decir que ya se recaba en la interna una moción de censura en contra de Soto, pero sabemos que hoy por hoy su presidencia se sostiene por casi la mitad de votos del Congreso, por lo que censurarlo es poco probable. No obstante, con todas las denuncias que se vienen suscitando, lo correcto es intentarlo por la poca decencia que le pueda quedar al Congreso peruano.
Otro punto interesante que cabe poner en el tintero y que se irá revelando con el pasar del tiempo es si la colocación de Alejandro Soto en la candidatura a la presidencia fue mera estrategia para que sea una suerte de ‘carne de cañón’ ante los medios y los rivales políticos. No podemos olvidar que quien ocupa la primera vicepresidencia es nada menos que Nano Guerra García, del fujimorismo, y que ha ganado respeto y expertise dentro del Congreso y que no podemos descartar tengan como carta ante una eventual vacancia de Boluarte…
Imagen: Congreso
