Por Ricardo Gálvez del Bosque
Uno de los más acérrimos defensores de Pedro Castillo, desde que estallaron los escándalos de corrupción que lo involucraban hasta más allá del golpe de Estado que éste dio, ha sido y es el actual Presidente de Colombia. Si bien es cierto que el compañerismo y la complicidad de Gustavo Petro se pueden deber a una supuesta afinidad ideológica (¿Pedro Castillo estaba alineado a una o conocía alguna?), la vehemencia con la que el Jefe de Estado del país vecino se ha inmiscuido groseramente en asuntos que no le corresponden resultaba difícil de explicar. Olía, pues, a algo más.
Ahora que ya se sabe que el hijo del Presidente colombiano está declarando ante la justicia de su país y detallando los delitos de financiamiento ilegal de la campaña de Gustavo Petro, hacen mucho más sentido las declaraciones destempladas e irresponsables del aún mandatario que actuaba como viuda de Castillo. Tendría, pues, su guardadito.
Los delitos por los que se le podría investigar a Petro no son cualquier cosa. Recibir dinero del narcotráfico es escandaloso. Que su propio hijo declare sobre dinero ilegal entrando a su campaña no es una cosa menor. Es gravísimo y puede traerle consecuencias jurídicas y legales que impidan, tras un debido proceso, que termine su mandato.
La narrativa que ha ido trabajando y que ahora pretende imponer el Presidente colombiano, no necesariamente calará entre sus compatriotas si es que las pruebas lo sindican contundentemente. Su situación política es delicada, sin embargo, dada las características del personaje y sus antecedentes, se podría anticipar que la victimización será su estrategia. Seguramente, todo será culpa de la derecha y de los poderosos que no aguantan que Colombia tenga un Presidente de izquierda. La típica, pues (ojo, eso no quita que se la tengan jurada).
Ante acusaciones de ese calibre, y viendo cómo el Congreso le ha puesto tantos contrapesos para que sus anunciadas políticas de izquierda se implementen, nos preguntamos si es que Petro actuaría en consecuencia con lo que predica y defiende. Si, para él, el golpe de Castillo no fue golpe y todo lo que hizo fue impecablemente constitucional y democrático, ¿por qué no intenta replicar algo similar en su país? A ver qué le pasa y cómo termina. Lógicamente, no lo puede hacer y lo sabe.
Las vueltas que da la vida. Con tremendo rabo de paja, cómo no ir anticipando una defensa mediática, pues.
Imagen tomada de https://elpais.com/america-colombia/2022-12-01/petro-viajara-a-peru-para-la-cumbre-de-la-alianza-del-pacifico-en-apoyo-a-castillo.html