Por Martín Hernández Berrocal
La marcha del 19 de julio, así lo quieran negar algunos, fue un éxito rotundo. Por primera vez se pudo evidenciar que la fuerza de un colectivo radica especialmente en su capacidad para organizarse, establecer unas reglas básicas de convivencia y elevar su voz de protesta bajo el paraguas del respeto y la no violencia.
Más allá de comentar cuándo empezó, cuántos asistentes hubo, lo que más importa destacar aquí es que el mensaje era (y hasta ahora es) el mismo: #QueSeVayanTodos. Y para lograr justamente eso, era fundamental contar con un grupo de personas que se coman el pleito, salgan de su zona de confort y decidan de una vez por todas tomar acción. Y bajo esa premisa la sociedad civil, actores políticos y figuras influyentes salieron a marchar. Atrás quedaron colores partidarios, ideologías extremas. Lo visto el #19J evidencia que cuando la sociedad quiere levantar su voz, se le debe escuchar. Y, sobre todo, no se le debe reprimir su derecho fundamental a la libertad de concentración.
Mención aparte merece el comportamiento de los efectivos policiales. Debo confesar que, después de haber visto la brutal respuesta que se tuvo a finales de 2022 e inicios de 2023, yo sí tenía algo de miedo. No quería siquiera imaginarme qué hubiera pasado si había al menos un atisbo de violencia. Es preciso mencionar que no toda la culpa la tienen los policías. Efectivamente, siempre existe un grupo de personas desadaptadas que buscan únicamente sembrar el terror y la zozobra, y es por ello que las fuerzas del orden, cumpliendo su función principal a cabalidad, tratan de reinstaurar un orden que ponga en primer lugar la integridad de los ciudadanos que se reunieron a marchar pacíficamente.
Ahora, muchos líderes de la oposición tildaron esta marcha de “fracaso”. Y yo me pregunto: ¿qué es “una marcha exitosa” para ellos? ¿La cantidad de muertos? ¿La cantidad de heridos? ¿Detenidos al montón?
Francamente, si nos ceñimos a una estadística, es muy probable que ellos deseaban que fallezca alguien para tomar partido y decir que “otra vez los que marchan ocasionan una desgracia” y se ufanaban de que su posición inicial era la correcta. Esta vez, al no haber ninguna víctima fatal que lamentar, y al ni haber ningún acto de violencia, estos personajes políticos se han quedado sin argumentos para poder tildar a un acto cívico de “fracaso”.
Pero esto no es el fin, este es el inicio. Este ha sido el primer paso para que los actores políticos sepan que están haciendo las cosas mal, que se enteren que hay ciudadanos que tienen la capacidad de organizarse y salir a reclamar lo justo.
Espero que esta vez recapaciten. O hacen las cosas bien, poniendo primero los intereses de los ciudadanos, o van diciéndole adiós a sus bonos, sueldos y demás beneficios.
La pelota está en cancha de ellos.
Imagen tomada de https://rpp.pe/peru/actualidad/toma-de-lima-que-acciones-viene-realizando-la-defensoria-del-pueblo-en-el-marco-de-las-movilizaciones-noticia-1496166