Por Ricardo Gálvez del Bosque
La semana pasada, Juan Aurelio Arévalo publicó una columna en El Comercio (ver aquí ) que llamó nuestra atención. Resulta que el ex ministro más sobón de Pedro Castillo, Alejandro Salas, aún estaría gozando de los beneficios por haber estado a cargo de una cartera en el gobierno del profesor chotano.
Así como lo leen, quien dijo haberse arrepentido de ser ministro, aún seguiría utilizando el vehículo que el Ministerio de Trabajo le asignó tras el golpe de Estado. Cuenta, además, con un chofer a su cargo, y según el columnista, con 80 galones de gasolina mensuales y un recorrido de 943 kilómetros desde que dejó el ministerio.
¿Eso es estar arrepentido? No seamos hipócritas, eso es descaro. El que se arrepiente, hace un acto de contrición y busca alejarse de la situación que lo puso en aprietos o que generó problemas. ¿Cómo explica, entonces, que siga usando estos beneficios? Con absoluta frescura, seguramente. Como las justificaciones cantinflescas que ofrecía cuando estaba en el poder.
Pero, más allá de la falta de principios del susodicho en mención, no estaría mal que se abra el debate sobre éstos y otros beneficios que las normas estipulan que reciban los ex funcionarios políticos. ¿Cuál es la lógica de que el Estado le pague estas gollorías a un ex ministro, sea quien fuera? ¿Por qué? ¿Qué servicio nos está prestando para que reciba de nuestros impuestos estos beneficios indebidos?
En algún momento, Pedro Castillo y sus ministros nos quisieron vender la idea de que nunca más un funcionario viajaría en avión en primera clase. Pamplinas, pues. Los ministros llevaban a sus familiares a pasear en vuelos del Estado, y hasta existen denuncias sobre una posible huida de uno de los sobrinos prófugos del propio Castillo.
Sin embargo, enterarnos de que el adulón de Salas sigue con problemas de irrigación sanguínea en su rostro y parasitando al Estado peruano, resulta indignante. Ya estuvo bueno, ¿no?
Imagen: Composición Punto Medio. Alejandro Salas tomada de https://limagris.com/alejandro-salas-es-el-nuevo-ministro-de-cultura-otro-ministro-que-no-conoce-el-sector/ . Grifo: Osinergmin.