Por Ricardo Gálvez del Bosque
Ayer les comentamos como las voces del Congreso, con una tranquilidad pasmosa, ya dicen en voz alta que no se verá el adelanto electoral. Una imaginaría que, ahora que ya es parte del panorama regular y no se oculta bajo hipocresías, los congresistas no tendrán ningún problema en visitar sus regiones respectivas, ¿no?
Sin embargo, ¡oh sorpresa! Este domingo que pasó, La República (ver aquí ) reportó que tres de los cinco congresistas por Puno se negaron a viajar a su región en los meses de Enero y Febrero por temor a la convulsión social en el sur del país. No viajaron, pero lógicamente sí cobraron el bono que se les abona por cumplir su labor de representación. ¡Zonzos no son, pues!
Los valientes legisladores son Carlos Zeballos (Podemos), Flavio Cruz y Wilson Rusbel Quispe (ambos de Perú Libre). ¿Qué pasó? ¿Por qué no quieren ir a sus regiones a escuchar al pueblo que representan? Si están tan tranquilos con no adelantar las elecciones, ¿por qué no van y encaran a sus representados? Raro, ¿no?
Excusas, varias. Así como para negarse a votar por el adelanto electoral, sueltan justificaciones irrisorias. Los más desvergonzados dicen que fueron a “otras” regiones a cumplir con sus labores de representación.
Es inaudito que las autoridades políticas crean que pueden cumplir sus funciones ocultándose del público que les otorgó poder para representarlos. Es inverosímil que un político se sienta envalentonado votando en contra de la voluntad popular, y luego se esconda de sus electores porque sabe que está legislando de espaldas a ellos.
Lo coherente y consecuente sería que vayan y presenten sus excusas a sus respectivas regiones. No solo es su función hacerlo, sino que además se les paga y cobran específicamente para que hagan eso. No deberían temer si consideran que han hecho lo correcto, ¿o no?
Imagen: Composición Punto Medio. Carlos Zeballos: Andina/Difusión. Flavio Cruz: Congreso. Wilson Rusbel Quispe: Facebook personal.