Por Ricardo Gálvez del Bosque
Ante el impacto espeluznante que estamos sufriendo por los fenómenos naturales, tenemos pendiente una tarea urgente: aprender.
Cuando uno se cae, además de levantarse, debería tratar de entender por qué le sucedió y cómo hacer para no volver a caer en el mismo bache. Sin embargo, pareciera que a los peruanos nos cuesta mucho aprender.
Rememoremos: ¿Qué hemos aprendido? Se nos viene en mente un cambio de comportamiento fuerte que tuvimos hace algunos años: el uso del cinturón de seguridad. Éramos un país que tenía ese dispositivo de seguridad prácticamente de adorno, sin embargo, hubo un antes y un después. ¿Cómo se logró? Quizás una combinación de implementación de consecuencias directas, inmediatas y colectivas. Hubo también una estrategia de comunicación, acompañada de una fiscalización real. Hoy, para muchos, es inconcebible subirse a un carro particular y no ponerse cinturón de seguridad. Por lo menos para piloto y copiloto.
Con ciertos traumas políticos, también aprendimos ciertas lecciones dolorosas. Tras la Guerra del Pacífico, aprendimos que los Presidentes de la República no deberían poder viajar al extranjero sin permiso del Congreso. Tras Alan García I, aprendimos que si el Congreso acusa a un ex presidente y deriva una denuncia al Ministerio Público, ésta debe estar obligada a denunciar. También aprendimos que regular precios genera un mercado negro incontrolable.
Aún no hemos aprendido la lección sobre elegir a buenos representantes. Seguimos sin entender que, sin una reforma política integral, permaneceremos en un círculo vicioso infinito. Nuestros presidentes, habiendo visto cómo sus antecesores terminaban presos, siguen sin entender que no deben ser corruptos. Creen que solo tienen que perfeccionar el arte para no caer.
Y en cuanto a los desastres naturales, tenemos que entender que:
- No deberíamos construir en quebradas.
- Por donde ha caído un huayco, probablemente vuelva a caer en el futuro.
- Hay temporadas de lluvias cada cierta cantidad de años. Debemos estar preparados y exigir que nuestras autoridades trabajen en prevención.
Este desastre aún no termina, y al parecer tendrá una segunda parte cuando – probablemente – llegue el Fenómeno de El Niño. Ojalá el impacto sea menor. Y ojalá aprendamos para no volver a sufrir las consecuencias de este tipo de manifestaciones de la naturaleza en el futuro.
Imagen tomada de https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/inundaciones-en-peru-por-fenomeno-del-nino-costero-70658