Por Martín Hernández Berrocal
El Poder Judicial habló fuerte y claro. El 10 de febrero el Sétimo Juzgado Constitucional de Lima ordenó al Ministerio de Salud y a EsSalud el cumplimiento de la sentencia (ver aquí) a favor de la ciudadana Ana Estrada Ugarte de poner fin a su vida a través de la eutanasia, mediante la acción de un médico, el mismo que no podrá ser sujeto pasible de sanción penal y/o administrativa al momento de acompañarla en los últimos momentos de su vida.
Sin embargo, el 24 de febrero, la bancada de Renovación Popular, de conocida ideología ultraconservadora, ha exhortado a las Procuradurías de los Ministerios de Salud y Justicia impugnar esta resolución, argumentando que viola el artículo 1 de la Carta Magna, que establece “que la defensa de la persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado”, y el artículo 2.1, “que precisa que toda persona tiene derecho a la vida”, entre otros argumentos (ver aquí).
Si bien es cierto toda persona efectivamente tiene derecho a la vida, ésta debe darse en condiciones dignas, donde la persona, en pleno uso de sus facultades pueda tener un desarrollo óptimo y libre en la sociedad. Ahora me pregunto, ¿Qué es vida? ¿Qué es dignidad? De todas las acepciones, de distintas materias, yo me quedo con las siguientes:
- Vida: La vida tiene sentido si se entiende la existencia como un tiempo para hacer efectiva la libertad del ser humano. (ver aquí)
- Dignidad: Prolongación de la idea de libertad. Reside en la libertad, la moralidad, la racionalidad y la autonomía de la voluntad. (ver aquí)
La polimiositis, enfermedad que padece Ana Estrada, es una condición degenerativa que poco a poco va deteriorando no solo los órganos de una persona, sino también su quehacer diario. En otras palabras, la incapacita para ejercer, con libertad, el proyecto de vida que tenía planeado para sí misma.
¿Es este el concepto de “vida” que defiende Renovación Popular? ¿Es esta la dignidad que una persona debe tener? ¿Hasta cuándo Ana Estrada va a tener que seguir cargando esta cruz?
A mi parecer, el Estado debe acatar la decisión que el Poder Judicial, en pleno uso de sus prerrogativas, ha tenido a bien fallar. Lo que debe predominar aquí es la separación de poderes. El Legislativo no puede exhortar a realizar modificaciones en sus sentencias ni a aplicar mecanismos constitucionales para algo que ya ha pasado por la lectura de la Carta Magna y, es en base a ella, que se ha tomado una decisión.
Finalmente, espero que la empatía sea una herramienta cada vez más utilizada, sobre todo como eje fundamental de la vida en sociedad y el desenvolvimiento de una persona en búsqueda de su libertad y progreso, aspectos inherentes a su condición humana.
Imagen tomada de https://gestion.pe/peru/ana-estrada-pj-ordena-al-minsa-y-a-essalud-respetar-la-decision-de-poner-fin-a-su-vida-a-traves-de-la-eutanasia-nndc-noticia/