Por Ricardo Gálvez del Bosque
Observar al congresista Alejandro Cavero (Avanza País) debatir con Rosangella Barbarán (Fuerza Popular), en un programa dominical, sobre las opciones de salida a esta crisis ha sido un espectáculo lamentable que demuestra la intransigencia de diversos actores políticos.
Llegar al punto en que el fujimorismo (no nos iremos por las ramas discutiendo los intereses que tendrán de por medio) pida sensatez y que se tome nota sobre la realidad, y que sus interlocutores de los otros partidos de la derecha hagan oídos sordos nos demuestra la precariedad intelectual de ciertos sectores.
Del lado de la izquierda, está clarísimo que no van a retroceder ni un milímetro hasta terminar de desprestigiar al Congreso, obtener la cabeza de Boluarte e imponer su Asamblea Constituyente. Van por todo y no cederán ni un milímetro. Constatar que un obtuso parlamentario como Cavero es incapaz de reconocer dicha realidad – así ésta se le estrelle en la cara – ha sido bochornoso y lamentable.
Tocaba, pues, que toda sus peroratas e ilusiones pisen tierra y constate que la situación en la que estamos es diferente a la de las fantasías que tiene en su mente. Tocaba hacer un mea culpa y reconocer que no será posible lograr las tan ansiadas reformas que dice querer impulsar (¡no tiene los votos!), que el gobierno débil de Boluarte no se puede sostener fácilmente (peor aún si lo torpedea el Congreso). Tocaba, pues, pensar siquiera de manera estratégica y constatar que la permanencia del caos está ayudando a que se fortalezca la narrativa de la izquierda, esa a la que dice enfrentar.
La postergación de la votación de ayer nos demuestra que seguimos entrampados y metidos en un callejón que aparentemente no tiene salida. Y es que, mientras la mayor parte de parlamentarios sigan viviendo en las nubes, será casi imposible que lleguen a un consenso.
Algunos creen que la salida de Boluarte hará que todo explote y se fuerce el adelanto electoral que el país reclama. Lamentamos ser pincha globos ya que proyectamos que esa mayoría parlamentaria obtusa pretenderá sacarle la vuelta a la Constitución y proponer que las elecciones sean solo presidenciales. Están desatados y con la consciencia adormecida (si es que la tienen), por lo que no dudamos que lucharán por imponer esa interpretación antojadiza.
Si llegamos a ese punto, habremos tocado un nuevo fondo. Y de esto serán responsables congresistas como Cavero, Montoya, Echaíz tanto o más que los incendiarios Bermejo, Cerrón y Bellido.
Imagen: Latina. Programa Punto Final