Por Ricardo Gálvez del Bosque
Hace varios días, entendiendo la gravedad de la crisis política y social que vivimos, Fernando Tuesta (politólogo experto en temas electorales, ex jefe de la ONPE) compartió con distintos medios una propuesta aterrizada y viable de adelanto electoral para el 2023.
Definiendo fechas límites para aprobaciones de hitos para que se puedan llevar a cabo elecciones transparentes y con las garantías que se requieren, Tuesta propone lo siguiente:
- Que este 31/01 sea la fecha límite para aprobar el adelanto de elecciones para el 2023, en primera votación, en el Congreso. Para eso se necesitaría un amplio consenso, ya que dicha votación requiere de 87 votos.
- Que se adelante la segunda legislatura para el 1/02, es decir, para el día siguiente del cierre de la legislatura anterior. Adiós vacaciones parlamentarias, y segunda votación inmediata.
- Para cumplir con un cronograma electoral ajustado, pero que respete los procesos garantistas correspondientes, sería necesario que máximo el 1/03 se realice la convocatoria electoral. Esta correspondería, tras haberse aprobado en dos legislaturas el proyecto, a la Presidenta de la República (o quien esté ocupando su cargo en ese momento).
- Ya habiendo sido convocados los comicios, la fecha límite para la presentación de candidaturas y cierre del ROP tendría que ser el 27/06 de este año. Lamentablemente, dada la situación, tendría que suspenderse – ¡una vez más! – la ejecución de las Elecciones Primarias Abiertas y Obligatorias.
- Bajo ese panorama, la primera vuelta podría realizarse el 15/10, y la segunda vuelta el 26/11. Tuesta propone, además, que las elecciones parlamentarias coincidan con la segunda vuelta, y que ya no se realicen en la primera como ha sido tradición en el Perú. De esta manera, los ciudadanos iremos a elegir listas parlamentarias sabiendo qué dos opciones serían las que disputarían la Presidencia de la República, facilitando una mayor gobernabilidad para el(la) potencial elegido(a).
- Con los resultados electorales, el nuevo Congreso podría asumir funciones el 28/12, y la nueva “plancha presidencial” tomaría juramento el 30/12 de este año.
Como se puede observar, los plazos son justos. Pero de que se puede hacer, se puede hacer. El problema es que nada de esto se podrá aplicar si es que no hay voluntad política de los decisores, es decir, de los propios congresistas. Entendemos que el poder, los asesores ayayeros, la inmunidad, las gollorías y el buen sueldo pueden cegar a muchas personas. Sin embargo, ha llegado el momento en que abran los ojos y miren la realidad.
Un actor político que podría presionar para que esta propuesta pueda ser aprobada por el Parlamento podría ser el propio Ejecutivo. Sin embargo, su debilidad frente al Congreso – donde no tiene bancada ni representación alguna – hace que esto sea muy difícil.
El escenario no es el ideal, definitivamente. Habría que vivir en otro planeta para no darnos cuenta de la situación convulsionada en la que se encuentra el país. Por eso, es importante que las fuerzas políticas entiendan la grave coyuntura que enfrentamos y se pongan a trabajar buscando el consenso que se necesita para poner paños fríos a la crisis actual.
Somos escépticos. Lo más triste es que avizoramos que ni siquiera se tendrán los votos (en la segunda legislatura) para adelantar las elecciones hacia el 2024. Si eso sucediera en las próximas semanas, el pronóstico es reservado. Esperemos lo mejor, pero estemos preparados para lo peor. Puede que esto suceda y nos habremos puesto la soga al cuello.
Imagen: Reuters/Mariana Bazo. Tomada de https://www.infobae.com/america/america-latina/2018/03/23/que-se-vayan-todos-masiva-protesta-contra-la-clase-politica-en-peru-tras-la-renuncia-de-pedro-pablo-kuczynski/