Por Ricardo Gálvez del Bosque
Este año que termina, lamentablemente, estuvo plagado de desprecio de nuestras autoridades hacia los ciudadanos. Hemos convivido con un Congreso y un Ejecutivo que decidieron aliarse, de facto, para mantenerse en sus respectivos puestos, cada uno destruyendo lo que tenía a su alcance. Así, el balance de poderes terminó convirtiéndose en una patética complicidad.
En este año, el Congreso no ofreció legislación importante a favor de los peruanos, y se concentró en blindarse para impedir su disolución. En el camino, los congresistas le dieron un golpe mortal a la SUNEDU y la reforma universitaria, mostrando el desprecio que tienen hacia las personas con menores recursos que son estafadas por empresarios universitarios multimillonarios e inescrupulosos.
Por otro lado, el Ejecutivo despreció la precaria situación de los agricultores del país, quienes se vieron expuestos al incremento exponencial de fertilizantes como la urea. A ellos se les prometió una compra estatal de dicho producto para ser utilizado en la campaña agrícola del año pasado, y la ineptitud y corrupción impidieron que se concrete dicha operación (con 4 patéticas operaciones caídas).
Desde el Consejo de Ministros, sistemáticamente se trató de engañar al pueblo con los famosos e infames Consejos Descentralizados. Dichas asambleas proselitistas, para lo único que sirvieron fue para hacerle propaganda al gobierno de Pedro Castillo, y en la gran mayoría de ellos ni siquiera se llegaron a acuerdos o se decidieron medidas concretas.
La corrupción campeó impunemente en los Ministerios de Transportes y de Vivienda, ambos con los mayores pliegos presupuestarios. A vista y paciencia de todos (Ejecutivo y Legislativo), se permitió que la delincuencia se hiciera de multimillonarias ganancias ilícitas, en un país que clama por infraestructura decente.
Finalmente, en el rubro de Salud, nos venimos a enterar de que las vacunas bivalentes para combatir la variante Omicrón del COVID habrían llegado hace un mes, bajo la gestión de la cerronista Kelly Portalatino, y que el Ministerio no hizo nada al respecto. Nadie sabía nada, a nadie le interesó un comino.
Si se decía que el Perú era “un mendigo sentado en un banco de oro”, en la gestión de Pedro Castillo (desde el nombramiento de “agüita arracimada” en la cartera de Salud), el MINSA se convirtió en un bribón sentado en un lote de vacunas venciéndose mientras la gente se enfrentaba a la quinta ola. Desprecio puro y duro.
Hemos estado gobernados por autoridades que despreciaron a miembros de la policía haciéndoles atarles los zapatos, arrebatándoles la dignidad públicamente. Hemos permitido que un Presidente se burle de cientos de niños con cáncer, y los haga posar para fotografías publicitarias mientras se les ofrecía un cheque sin fondo para atender sus males. Hemos mirado, en silencio, cómo los congresistas aprovechaban el caos para apoyar negocios turbios.
El 2022 se acaba hoy, y desde este espacio esperamos que en este nuevo año nuestros líderes y autoridades dejen de lado el desprecio hacia la ciudadanía y realicen gestiones mínimamente decentes. No nos merecemos lo que sucedió este año que se acaba.
Imagen: Composición Punto Medio. Vacunas tomada de https://larepublica.pe/sociedad/2022/12/31/coronavirus-en-peru-vacunas-bivalentes-llegaron-hace-un-mes-y-aun-no-son-aplicadas-ministerio-de-salud/ . Amarrándole los zapatos, tomada de https://larazon.pe/pedro-castillo-humilla-a-la-policia/ . Cheque sin fondos tomado de https://www.expreso.com.pe/en-portada/pedro-castillo-jugo-con-la-ilusion-de-miles-de-ninos-con-cancer/