Por Ricardo Gálvez del Bosque
Cuando surge un movimiento político autoritario, liderado por un peligroso caudillo, y éstos llegan a hacerse del poder, muchos se preguntan cómo es posible que hayamos llegado a ese punto. ¿Cómo podemos haber tomado una decisión así? ¿Qué nos pasa? Ese tipo de preguntas considera que el error provino de una mala elección entendida en el corto plazo (candidaturas, campaña electoral). Pero, ¿se puede considerar serio un análisis que solo tome en cuenta el resultado de un evento electoral específico?
Pensamos que no es tan simple, y por eso alertamos que todo lo que se está sembrando en estos años podría resultar en una cosecha nefasta para la democracia peruana. Actualmente, Pedro Castillo habla de un golpe que se planea contra su régimen, mientras los congresistas reclaman que el Presidente es el que quiere torpedear la democracia y forzar su disolución. Sin embargo, la realidad y los hechos demuestran que más bien estamos en un escenario de paralización en el cual ambos poderes juegan a pelearse públicamente – polarizando a la ciudadanía – mientras lo único que hacen en la práctica es asegurar su permanencia en el poder.
Así, el Ejecutivo plantea realizar una Cuestión de Confianza (CdC) que contraviene una ley vigente y respaldada por el Tribunal Constitucional (TC), sabiendo de antemano que no puede realizarla y sería rechazada de plano por improcedente (como anteayer sucedió). Y, por otro lado, el Congreso no mueve un solo dedo para reformar artículos de la Constitución (como el 117) que permitirían que se le quite la impunidad para cometer delitos por parte del Presidente.
En concreto, tenemos un Ejecutivo que lanza amenazas de CdC que no pueden ser aplicables, y un Congreso que saca una moción de vacancia que será matemáticamente imposible que llegue a buen puerto. Entrampamiento voluntario ocasionado por ambos poderes del Estado.
Mientras tanto, los ciudadanos observamos absortos – y casi inmunizados – la lluvia de evidencias y denuncias de corrupción que pesan sobre nuestras actuales autoridades políticas. Es pan de cada día que el debate político no sea sobre ninguna idea o propuesta, sino sobre quién es más delincuente que el otro, quién puede destruir de manera más nociva nuestra precaria democracia, banalizando el mal constantemente.
En el camino, instituciones como la Fiscalía, el Poder Judicial y el TC – vitales para la democracia – parecieran disparar hacia cualquier lado. Por parte del Ministerio Público, se ha hecho todo lo posible para conseguir más de 190 elementos de convicción que sindican al Presidente Castillo como líder de una organización criminal. Sin embargo, pesan sobre la Fiscal de la Nación ciertas denuncias que no han sido debidamente esclarecidas, sembrando una sombra innecesaria sobre su gestión. A su vez, el Ministerio Público se encuentra públicamente enfrentado con la Corte Suprema por la próxima casación de César San Martín. La decisión de su Sala podría generar revuelo mediático, con fiscales inconformes con la resolución actuando como voceros en los medios de comunicación.
De otro lado, el TC ha emitido una sentencia en la que abre las puertas a que los congresistas puedan tener iniciativa de gasto, algo peligrosísimo y que contraviene el artículo 79 de la Constitución. Dicha decisión, con partidos mercantilistas representados en el Congreso, es una metralleta potencial contra la estabilidad económica del país.
La permanencia constante de esta situación durante muchos años, tal y como parece sucederá si no nos vamos a Elecciones Generales anticipadas, va a acrecentar el clima de crispación entre la ciudadanía. Nadie nos representa, no hay partidos políticos sólidos, las instituciones están metidas en fuerte embrollos, los medios son duramente cuestionados, y la Constitución parece ser interpretada a gusto del antojadizo de turno. Si nada vale, todo vale.
¿Qué resultado puede traernos que vivamos en esta situación 3 años más? Nada bueno. Será el clima perfecto para que la siguiente persona que tome el poder nos lleve hacia un autoritarismo que dé la estocada final a la democracia peruana. No será, pues, resultado de una campaña electoral. Será resultado de todo lo que hemos sembrado estos últimos años. Desde este humilde espacio lo vamos advirtiendo, no dejemos las cosas a la suerte.
Foto: Joel Alonzo/GEC. Tomada de https://peru21.pe/lima/centro-de-lima-reservistas-del-ejercito-marchan-para-exigir-beneficios-a-excombatientes-del-terrorismo-ley-n-31177-plaza-san-martin-rmmn-noticia/