Por Ricardo Gálvez del Bosque
El Presidente Castillo nos ha demostrado, con los hechos, cuáles serían sus principios y valores. Días antes de Navidad, creyendo que la xenofobia le podría traer popularidad, quiso participar de un evento fallido en el que se expulsaba del país a varios venezolanos sin ninguna causal. Sus aliados se quedaron en silencio y no protestaron sobre el asunto. Fue lamentable el papel que jugó en el asunto el entonces Ministro del Interior, Avelino Guillén. Ante tantas denuncias por nombramientos indebidos e irregularidades, y habiendo fallado dicho show, la noticia se desvaneció rápidamente. Sin embargo, nos dejó evidencias de su catadura moral.
Ayer, el Presidente tuvo que presentarse a la Fiscalía por el caso que se está investigando sobre la tesis de maestría que habría sido plagiada, presentada por él y su esposa. Con dicho título, la pareja presidencial logró cumplir ciertos requisitos que los habría favorecido con un aumento de sus sueldos como maestros. ¿Qué principios tendría un maestro de niños que roba parte de su tesis para obtener un beneficio económico? ¿Qué le pueden enseñar a sus alumnos maestros que cometen dichas prácticas?
Castillo, quien decide guardar silencio en todas sus intervenciones en la Fiscalía, también ha ayudado a que su hija putativa – sindicada como parte de la organización criminal que lideraría él mismo con su esposa – termine en prisión preventiva. No contento con haber involucrado a su familia política en operaciones oscuras y en proceso de determinarse si son delictivas, su actitud obstruccionista frente a la justicia habría logrado que se cuenten con las condiciones necesarias para el pedido de prisión preventiva de su hija putativa.
Nos hemos acostumbrado a que Castillo, cuando entabla conversaciones, suele responder lo que su interlocutor desea. O que se va por la nebulosa, por las promesas falsas y las arengas inútiles. Pero una cosa es engañar y mecer al Cardenal Barreto para luego tildarlo de miserable, y otra muy distinta es engañar a niños con cáncer. ¿Hasta dónde puede llegar el cinismo? ¿Quiénes son los miserables?
El 12 de mayo pasado, Pedro Castillo organizó una ceremonia en el patio de Palacio. Para dicho evento, solicitó la presencia de niños con cáncer. El motivo era lograr levantar su alicaída popularidad mostrando un cheque gigante por S/4,183 millones que serían destinados para el tratamiento integral de los pacientes con ese mal. Fotos, show, abrazos con niños enfermos, discursos vacíos que generan ilusión a pequeños que se aquejan de un mal.
Karina Bújar, vocera del colectivo “Ley de cáncer infantil” ha declarado ante la prensa en estos días sobre el engaño del que habrían sido víctimas, tras escuchar al Ministro de Economía decir que no existía el presupuesto que se les ofreció y para el que posaron con el Presidente. “A gran escala nosotros ya veníamos sospechando que este cheque no tenía fondos”.
Todo tiene un límite, y Pedro Castillo lo cruza como si nada pasara. Impunemente.
Foto: Tomada de https://www.infobae.com/america/peru/2022/09/07/presidenta-de-asociacion-de-ninos-con-cancer-denuncio-que-pedro-castillo-los-utilizo-politicamente/