Por Ricardo Gálvez del Bosque
Pedro Castillo se envalentona en las plazas, pero le tiene terror a que lo entrevisten. Por eso lleva más de 100 días escapándose de la prensa. Con la adrenalina de sentirse por encima de los demás, en un estrado suele soltar cualquier cosa que se le ocurre sabiendo que recibirá el aplauso de muchos ayayeros que lo rodean. Pero, en una conversación de igual a igual, se muere de miedo porque sabe que no está en la capacidad de responder – coherentemente – ninguna de las interrogantes que se le pueden formular.
Hace unos días, el egocéntrico e investigado Presidente Castillo, lanzó una arenga insultante en una plaza. Rodeado por su Ministro escudero – Roberto Sánchez – y el ex presidiario que lo acompaña dirigiendo la cartera del Ministerio de Agricultura, tuvo el desparpajo de decir “Hoy la hambruna les va a dar solamente a los que no trabajan, a los ociosos”. Básicamente, uno es pobre porque quiere. ¿Se imaginan a alguien de derecha diciendo eso? Bullying hasta que no quede nada de él, ¿no?
Las advertencias de la FAO, la crisis mundial de fertilizantes, los precios elevados de los insumos para la agricultura, la nula preparación del Estado para poder campear la crisis, ¡eso no existe, señores! Si tienen hambre, es porque son ociosos. Punto cerrado.
No es de sorprendernos que el investigado por liderar una organización criminal, Pedro Castillo, lance esos exabruptos. Hace algunos meses también dijo que los feminicidios eran consecuencia de la ociosidad. Parece que hay una fijación con ese pecado capital, ¿no?
Múltiples especialistas detallan cómo el país no está preparado para la crisis alimentaria que se avecina, y cómo el Gobierno sigue sin tomar acciones urgentes que puedan mitigar el impacto de ésta. Dada esta situación, creemos firmemente que los ociosos son los que están en el Gobierno. Y no porque no hacen nada. ¡Vamos! ¡Hacen mucho! Roban, pericotean, reparten puestos, desmantelan reformas e instituciones, licitan a empresas amigas. Pero, ¿soluciones, acciones? Cero. Ahí sí, la ociosidad campea.
La hambruna se viene. Si nuestra capacidad de producción agrícola disminuye y los insumos utilizados siguen por los cielos, la oferta disminuirá y los precios serán impagables para muchos compatriotas. Y digamos que, no es que no tengamos una gran cantidad de ciudadanos con altos índices de desnutrición para estar relajados, ¿no? Pero bueno, queda claro que a Castillo no le importa ni le interesa. Tener a un ministro de Agricultura en situación de reo libre y con antecedentes de ingreso a la cárcel – que encima no tiene experiencia en el sector que lidera – nos lo evidencia con absoluta claridad.
Los peruanos nos estamos acostumbrando a la ineptitud del Gobierno. Quizás quiso decir que los peruanos somos ociosos por no desterrar al hambre y la miseria que se encuentran en el poder. Porque, que quede claro, Pedro Castillo es el hambre. Nuestra batalla es doble.
Imagen: Fuente TV Perú