Por Ricardo Gálvez del Bosque
En esta semana el Congreso, dizque fiscalizador, se propuso interpelar a varios ministros. Entre los interpelados estuvieron el PCM Aníbal Torres, la Ministra de Trabajo Bettsy Chávez y el Ministro del Interior Chávarry. ¿Para qué interpela el Congreso a los Ministros? Para obtener respuestas a sus interrogantes sobre determinado accionar político de los interpelados. Ante graves denuncias, errores políticos, ¿los ministros terminan pagando el costo político de sus pésimas decisiones y posturas? No. ¿Por qué? Porque el Congreso estaría lleno de fantasmas que solo presentan mociones para levantar un show mediático, pretendiendo hacerle creer a la audiencia que están cumpliendo su labor de fiscalización.
Una de las interpelaciones más polémicas fue la que se le realizó al PCM Aníbal Torres. El desatado primer ministro, sabiendo que el Congreso jamás lo tocará ni con el pétalo de una rosa porque de hacerlo gastaría su primera bala de plata, se despachó a lo ancho y se puso pico a pico con algunos congresistas. Entre sus exabruptos – que hoy ya no sorprenden en lo absoluto – invitó al congresista Chiabra a un debate o duelo político, cuestionó el estado mental de la congresista Chirinos retándola a ir juntos a realizarse un peritaje psiquiátrico, y se puso en modo “estoy aquí, parado y sin polo” al retar a Congreso que lo censure. Más allá de lo anecdótico del nivel circense de la política peruana, todo quedó ahí. Dimes, diretes, y pérdida de tiempo. Lo sabía Aníbal Torres, lo sabían los congresistas, lo vimos todos los peruanos.
Por el lado del Congreso, también nos hemos acostumbrado a escuchar los discursos de la congresista Chirinos, quien pareciera estar audicionando para el papel de la mala de una telenovela mexicana de bajos recursos. Con sus típicos mensajes en doble sentido, elevando su timbre de voz al puro estilo de villana de dibujo animado, pretendió burlarse del aspecto físico de la Ministra Chávez. A ese nivel hemos llegado. ¿Hacia dónde van los reflectores? Hacia el show, claramente. La Ministra que está siendo interpelada por poner en riesgo la vida de peruanos por la huelga que autorizó de operadores aéreos el último Jueves Santo terminó siendo insultada de manera baja, pero no fiscalizada ni expuesta a ninguna moción de censura. Es más, luego pudimos observar algunas fotografías del Hemiciclo vacío mientras la Ministra respondía las preguntas que le hicieron los parlamentarios en el pliego interpelatorio.
¿Para qué invitan a los Ministros al Congreso si los van a hacer hablar en una casa de fantasmas? ¿En qué andan nuestros congresistas? Sí. Ya los vimos gritar desaforados en cuanto medio tienen a su alcance, despotricando sobre el pésimo Gobierno de Pedro Castillo. Y, ¿qué creen? ¿Que ellos fueron elegidos como espectadores o críticos mediáticos? ¿Que se les eligió para ser barra brava?
Están muy equivocados, señores. Los congresistas han sido elegidos para ser el contrapeso de poder, para fiscalizar, para legislar, para hacer que el Ejecutivo asuma efectivamente la responsabilidad política del caos que ocasionan. Pero sobre eso, nada. Por ellos estamos como estamos: ante un Gobierno inepto y corrupto que actúa con absoluta impunidad, y tiene el descaro de decírselos en sus propias caras.
Estos señores creen que son fantasmas. Se desaparecen cuando les da la gana, y luego salen – de la nada – a pretender asustar al Gobierno. Mientras tanto, debajo de la manta que los cubre, juegan a ver qué tajada le pueden sacar al resto de los peruanos que los financiamos. Asuman su responsabilidad en esta crisis, señores.
Imagen: Composición Punto Medio. Foto Fantasmas: Foto de Anya Batalova en Unsplash. Foto Congreso: Difusión tomada de https://larepublica.pe/politica/2022/05/13/congreso-interpelacion-fantasma-a-anibal-torres-y-a-ministros-betssy-chavez-y-carlos-palacios-mtpe-minem/