Por Ricardo Gálvez del Bosque
Si yo fuera congresista:
- No ofrecería soluciones que no están dentro del marco constitucional. Adiós al festín de leyes inconstitucionales (“eliminemos los peajes”) y declarativas (“declaramos el día de la aceituna con pepa”).
- Promovería la Reforma Política – con harta garra – necesaria e indispensable para poder mejorar nuestro sistema:
- Mejoras en el sistema electoral (adiós voto preferencial, adiós candidatos elegidos por cúpulas y a dedo, adiós curules al mejor postor, primarias abiertas simultáneas y obligatorias, elección parlamentaria en segunda vuelta, eliminación de partidos cascarón)
- Balance de Poderes, reformas de artículos con vacíos y mal formulados, eliminación del voto de investidura, poder de veto presidencial, Bicameralidad, reelección parlamentaria, presupuesto lógico y delimitado del Parlamento (adiós las decenas de asesores para un solo congresista), regulación rígida de la semana de representación. Con esto nomás, ya me crucificarían.
- Denunciaría las prácticas contrarias a ley que se realizan en el Parlamento: obras con ministros, lobbies con alcaldes, manoseo de la Ley de Presupuesto vía el Anexo 5. Un congresista no está para inaugurar obras, cortar cintillos, presentar a regidores, hacer proselitismo con el presupuesto que se les da. La función del congresista es la de legislar, fiscalizar y representar. Y si hay que hacer docencia política al respecto, se tiene que hacer por más duro que sea.
- Propondría que la Comisión de Ética sea externa, que la inmunidad parlamentaria se levante en la Corte Suprema o en otra institución ajena al Parlamento. Exigiría una manera más transparente de elección de miembros del Tribunal Constitucional que impida el cuoteo político.
- Ofrecería a mis electores lo que sí puedo y voy a realizar. Nada de acrobacias mentales para justificar cambios de 180 grados, adiós las mentiras piadosas para negociar debajo de la mesa.
- Pelearía por sacar proyectos que aseguren la igualdad de derechos y oportunidades para todos. El matrimonio civil debe ser garantizado para todos los ciudadanos, no existen peruanos de segunda categoría. Las mujeres tienen el derecho a decidir sobre su cuerpo como ya se está dando en muchos países.
- No dudaría en promover la censura de ministros que no den la talla. El Perú no está para realizar practicas pre profesionales desde la cabeza de un Ministerio.
- Fiscalizaría la corrupción, trabajaría bajo principios no negociables. La política es negociación constante, pero hay límites que no se pueden ni deben cruzar.
Por esos motivos, no podría ser parlamentario. No existe un partido político con inscripción que promueva estas ideas, o que esté interesado en dar estas batallas. De entrar al Congreso, por medio de un milagro, mi trabajo sería torpedeado por el resto de los 129 representantes (con sus excepciones, seguramente) ya que mis propuestas irían en contra de la cultura que reina en el hemiciclo. Sería, pues, un apestado. Un paria del que hablarían a sus espaldas, un objetivo que buscarían chantajear, o quizás sería tildado de loco o joven incauto (en el mejor de los casos).
Difícil, ¿no? Pero además de la dificultad de la tarea, primero habría que ver si es que estas ideas sintonizan con la gente. Porque, si los electores quieren más de lo mismo…¿para qué?
¿Cómo la ven?
Extra: En tu segundo cumpleaños, hijito de mi vida, toda mi devoción para ti y tu madre maravillosa. Este quizás no sea el camino que tome, pero ten por seguro que daré batalla, desde el rincón en el que me toque estar, para que tu país sea cada vez mejor.
Foto tomada de https://elperuano.pe/noticia/123963-peru-libre-buscara-presidir-el-congreso-para-lo-cual-dialogara-con-ap-y-app