Por Ricardo Gálvez
Tras constatar todos los problemas que ocasiona la permanencia de Pedro Castillo en la Presidencia de la República, hemos sido testigos de cómo diversas personalidades y congresistas salen a los medios a pedirle su renuncia. Hay que pincharles de una vez ese globo a los parlamentarios que creen que manifestando eso para las plazas se logrará que Castillo dé un paso al costado. Dejemos de una vez esos sueños imposibles de algunos, el presidente chotano no tiene ni tendrá intenciones de dejar el puesto que nunca debió ejercer. Es que, es simple, está envuelto en varias denuncias por corrupción y se da cuenta de que apenas deje el cargo se verá inmerso en serios problemas judiciales que lo podrían convertir en el siguiente ex Presidente con un pie en la cárcel.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Esperar que suceda un milagro? Habiendo quedado claro que el señor no da la talla para dirigir la vida de más de 30 millones de peruanos, lo que toca es realizar acciones puntuales desde el Parlamento. Basta de enunciados, llamados, súplicas. Vamos a las acciones concretas:
- Reformar el artículo 117 de la Constitución, así sea solo con mayoría simple que nos fuerce a ir a un Referéndum para la aprobación final del texto. ¿Con qué propósito? Para que el Presidente pueda ser acusado durante su mandato por delitos de corrupción en un proceso de juicio político.
- En el interín, debatir la Reforma Política que tanto necesitamos. Mejor balance y equilibrio de poderes, mejorar el sistema electoral, fortalecer los partidos políticos, eliminar los membretes electorales, primarias abiertas obligatorias y simultáneas, eliminación del voto preferencial. ¿No les parece atractivo a nuestros congresistas? En el paquete también podrían restaurar la bicameralidad, y también la reelección parlamentaria. Eso sí que les atraería y sería un incentivo, además de que son medidas positivas.
- Una vez destituido constitucionalmente, proceder con la sucesión presidencial. De llegar a ejercerse la Presidencia desde el titular del Congreso, debería existir un compromiso de convocar a Elecciones Generales (y de paso aclarar vía reforma, de una vez por todas, que ese debería ser el camino en caso volviera a suceder una situación similar).
Los congresistas deben entender que, a pesar de haber sido elegidos por un mandato de 5 años, las condiciones no están dadas para que permanezcan en el cargo una vez destituido Castillo (en caso renunciara Boluarte). Para salir de la crisis es necesario que exista consenso político, que dejen momentáneamente sus rivalidades electorales, y que busquen una solución que se ajuste a las circunstancias que estamos viviendo. Nada de esto demoraría si se tiene voluntad política. No pretendan hacernos creer que es muy difícil o no está en sus manos.
Lo sentimos, es lo que les tocó vivir. Dejen de promover tonterías irrealizables como rebajar los votos para una vacancia, cosa que sería ilegítimo e ilegal y absurdo. Trabajen rápidamente y recorran el camino correcto y eficaz. Y si son buenos parlamentarios, no tendrán problema en buscar que el electorado los premie con la reelección. El Estado no puede ser un botín para servirse, ni para el Ejecutivo ni para el Legislativo. Están en sus puestos para servir al país.
Las declaraciones en los medios pidiendo que tal o cual renuncie no funcionan. Por algo se les ha delegado una cuota de poder, no están para mendigar en redes soluciones mágicas que caigan del cielo. Están para realizar las propuestas concretas que nos lleven a la salida de esta crisis. Si en medio del camino Castillo renunciara, en buena hora. Pero mientras tanto, no nos sirven sus pedidos al aire. A trabajar, señores, que el camino se los estamos cantando masticadito. For dummies.
Foto tomada de https://larepublica.pe/politica/2022/04/06/pedro-castillo-flor-pablo-al-presidente-las-oportunidades-se-le-acabaron-y-debe-renunciar/