Por Ricardo Gálvez
En estos dos últimos años hemos visto cómo nuestras libertades se han recortado por órdenes del Gobierno de turno. Es cierto, muchas medidas fueron tomadas por una necesidad de salud pública. Sin embargo, Pedro Castillo ha tenido la cobardía de decretar inamovilidad total para la capital con la excusa de revueltas que rechazan su pésima gestión.
¿Quién azuzó a los transportistas informales y les ofreció de todo a las mafias de transporte? Su vergonzosa gestión. ¿Qué Presidente no tiene ni idea qué hacer cuando las consecuencias de sus impericias ocasionan graves problemas sociales? Pedro Castillo. ¿Quién insultó a los dirigentes del paro agravando la crisis? El ex dirigente sindical que hoy funge de Presidente de la República. Sin embargo, los castigados fuimos nosotros, por haber permitido que un gobernante inepto se mantenga en un puesto que siempre le quedó grande. Asuma su responsabilidad, señor. Que no pase desapercibido que el MTC ha cedido ayer todas las demandas de los transportistas informales.
¿Qué tiene que decirle a la gente del “pueblo” que demoró 4 meses para sacar su cita médica y vino desde lejos a Lima para perder el tiempo y no lograr atenderse? ¿Cómo podemos permitir que un miserable – porque, lo siento, hay que decirlo con todas sus letras – Ministro de Justicia nos diga en nuestra cara pelada “no creo que se queden sin comer porque es un día”? ¿Qué tiene que pasar para que nos despertemos de este letargo que nos ha vuelto cabizbajos ante los atropellos de una clase política de pacotilla? Que quede claro: a usted, Pedro Castillo, no le interesa el país.
El Presidente que tiene como prófugos de la justicia a su ex secretario y a sus propios sobrinos denunciados por delitos de corrupción, ¿nos cree su ganado? Está muy equivocado, señor. Y desde este espacio esperamos que pronto usted tenga que responder ante la justicia y la historia por su vergonzoso y corrupto mandato.
Su acto de cobardía, un nuevo 5 de abril infame, no debe pasarse por agua tibia. Ya muchos se están hartando de sus fotos protocolares y su victimización ridícula, típica de un sindicalista mentiroso que se desmaya en las marchas que ocasiona para generar zozobra. No basta con repetir arengas para gobernar un país, no basta con tener un origen humilde para decir que va a mejorar la situación de los más pobres del Perú. Peor aún, mientras empeora la situación de los menos privilegiados.
En vez de hacer el ridículo y esforzarse por incendiar el país, lo que necesitamos es que usted renuncie. Sin embargo, dado que está inmiscuido en muchas cochinadas que podrían enfrentarlo a la cárcel, dudamos que tenga la valentía de asumir las consecuencias de perder la dorada inmunidad que le da el puesto que nunca debió ostentar. Por tanto, la ciudadanía debe presionar para encontrar una salida a esta crisis política, y ésta tiene que incluir su destitución siguiendo los procedimientos constitucionales que se tengan que seguir. Sin presión ciudadana, los políticos que hoy están en el Parlamento – única institución que podría encausar dicho propósito – no reaccionarán como es debido. Sus intereses personales pesan más que el bienestar de la población, ya nos lo han demostrado.
Han colmado la paciencia de muchos, y desde este espacio hacemos voces para que empecemos a levantarnos para reclamar lo que nos pertenece: nuestra libertad y tranquilidad. A ver si les hacemos saber a nuestros congresistas que llegó la hora de dejar de hacer cálculos políticos y cobrar comisiones, que se pongan a la altura de las circunstancias y escuchen las voces que dicen “¡Basta ya!”.
Foto: Imagen captada de TVPerú.
