Por Ricardo Gálvez
“¡Qué manera de equivocarse al realizar nombramientos dentro del Ejecutivo!”
“¿Es que no tienen mejores cuadros a los cuales recurrir?”
“¡Ojalá Pedro Castillo aprenda la lección esta vez!”
¿Cuántas veces escuchamos frases bien intencionadas similares a estas? Y, ¿cuántas veces seguimos dando vueltas en círculos sin parar? ¿Nos hemos puesto a pensar que hay una intencionalidad detrás de todo esto?
Desde este espacio ya hemos indicado que la actuación de Pedro Castillo no nos parece que responde a errores o malas decisiones. Creemos que las evidencias apuntan a que hay una clara intencionalidad en cada uno de los malos nombramientos, ya que éstos no resisten la lógica más básica que pueda aplicarse a una persona que reincide en nombrar a prontuariados en puestos claves del Estado.
Nombramientos indebidos identificados un par de veces, para una persona proba, podrían ser un error que se enmienda con absoluta rapidez. Este no es el caso, acá hay apañamiento, justificación, y persistencia. Acá parece que hay algo más.
¿Por qué lo haría? Reflexionemos: ni los delincuentes tienen tantos amigos delincuentes. Nombrar a gente con antecedentes, ¿qué beneficio trae para quien los asigna? Uno bien simple: control absoluto sobre ellos. Una persona con problemas legales, o que no podría acceder a puestos de poder, si recibe el “favor” del gobernante le deberá su fidelidad absoluta, podrá ser controlado para que se encargue de realizar cualquier requerimiento que se le exija. Vamos, es más fácil de controlar. Debe mucho, y está dispuesto a pagar. Recordemos que esto ya ha pasado antes, Montesinos tenía files de todo el mundo antes de realizar cualquier nombramiento.
Por otro lado, Pedro Castillo tiene la gran ventaja de que la oposición – que parece haber identificado la estrategia – no habla de ella ni pretende fiscalizarla eficientemente. ¿Por qué? Por dos motivos principales: el primero es que tiene rabo de paja, y el segundo es que les acomoda al creer que así el Ejecutivo se va a embarrar más y con eso se vuelve cada vez más real la posibilidad de que la vacancia les caiga del cielo
¿Y de qué sirve la figura de Cerrón para Castillo? Pues para cubrir dos cosas. La principal parecería ser cubrirlo de la vacancia. Los votos los tiene, y éstos lo sostienen aún. Pero la segunda función es hacer de cuco. Los cupos que solicita Cerrón – y que Castillo le entrega gustoso – son los más mediáticos y rechazados por la prensa y la oposición. Así, Pedro Castillo puede usar la imagen de Cerrón como “el malo de la película al que tiene que cederle cuotas de poder”, centramos la atención en él, y se crea la imagen – entre ciertos incautos necios – de que Pedro Castillo es una pobre víctima secuestrada. De esa manera, sus propios nombramientos quedan cubiertos por los exabruptos de Cerrón.
¿Y la izquierda que decía ser progresista? Bueno, pues, ya traicionó todo. Dejó el pensamiento crítico y se puso el traje de porrista a pesar de que el propio Ejecutivo la basurea públicamente. Han decidido, pues, hundirse como los violinistas del Titanic, solo que en este caso lo hacen sin haber mantenido su honor y con poca pena de sus ex seguidores. Fueron pues, los tontos útiles que tocaron sinfonías lamentables, no les pagaron el servicio y se hundieron con el barco.
Foto tomada de: https://caretas.pe/politica/quien-es-bruno-pacheco-el-intermediario-del-presidente-pedro-castillo-ante-el-excomandante-general-del-ejercito/