El virus del fujimorismo

Ene 15, 2022 | ◉ Puntos de Vista

En medio de una de nuestras peores crisis políticas, económicas y sociales, a principios de los 90 surgió el virus del fujimorismo en nuestras vidas. Cuando apareció la cepa original, muchos creyeron que nuestro sistema inmune era lo suficientemente experimentado como para que el fenómeno sea marginal. Grande fue la sorpresa de muchos tras descubrir – a través de los resultados de la primera vuelta electoral de ese año – que muchos ya estaban contagiados y que el liberalismo que promocionaba el FREDEMO no era lo suficientemente sólido como para combatir la primera ola.

Existen varias teorías sobre cómo surgió el virus en su primera fase, entre ellas está la que apunta a que dicho fenómeno fue propagado por el gobierno saliente de Alan García. Pero más allá de entender su origen, que podría haber sido planificado desde un laboratorio en los Servicios de Inteligencia, lo importante era reconocer que el problema ya estaba entre nosotros.

¿Cuáles son los síntomas más importantes de la infección? La mentira descarada como política, la corrupción como bandera, el populismo y clientelismo, la adquisición del gusto por el autoritarismo, la desaparición del pensamiento crítico y la libertad de expresión, las manos cochinas y la traición.

Al principio se creía que nuestro sistema inmune, las instituciones, podrían hacerles frente a los efectos desestabilizadores que nos traería el fujimorismo. Sin embargo, la tormenta de citoquinas – que tuvo su pico en abril de 1992 – trajo consigo un desenlace fatal para nuestra alicaída democracia. A partir de la fecha, cayó el Poder Judicial, el Congreso bicameral, el Tribunal de Garantías Constitucionales y hasta la prensa. Pudimos haber salido del virus en 1995, pero seguimos descuidándonos y contagiándonos una y otra vez.

A fines del año 2000, parecía que la cepa original se estaba debilitando. La crisis económica, el fraude electoral y las pruebas de corrupción hicieron que el virus fuera repudiado por la población. En ese momento, se tuvo la esperanza de que quizás no volveríamos a descuidarnos y caer en esa misma enfermedad.

Pero todo fue una ilusión. No habíamos aprendido nada. Apareció una nueva cepa, la llamada “Cepa – señora – K”. Empezó a propagarse desde el Congreso, y el primer síntoma de que estábamos ante el inicio de la segunda ola fueron los resultados electorales en los que Keiko logró ser la candidata al Parlamento más votada por el país. Cinco años más tarde, la tercera ola la situó en la segunda vuelta electoral, disputando la presidencia contra Ollanta Humala.

La derecha de nuestro país, se volvió la más proclive a contagiarse y la más entusiasta en que el virus se propague. Así, nos tuvimos que enfrentar a una cuarta ola cuando compitió contra PPK en una nueva segunda vuelta. Lamentablemente, esa nueva ola trajo secuelas mucho más graves: se descubrió que la variante K podría llegar a ser mucho más tóxica que la cepa original. Ese quinquenio, el virus logró destruir varias presidencias, y a pesar de debilitarse hacia el final logró colarse nuevamente en una nueva segunda vuelta.

La creencia de que contagiándonos del fujimorismo nuevamente sería la única manera de lograr que los capitales se encuentren inmunes en nuestro sistema no caló en la población. Esta vez, la mayoría prefirió tomar la ivermectina, representada por Pedro Castillo, como una posibilidad de escapar del virus. Ahora nos encontramos con la necesidad de conectarnos a un balón de oxígeno para sobrevivir.

¡Ojalá en este quinquenio se descubra la vacuna! Sabemos que hay otros virus letales, parecidos al fujimorismo. Entre ellos está el acuñismo, el aprismo, la izquierda radical, el porkysmo. Pero ya llevamos décadas luchando contra este fenómeno, y creemos que ya es hora de darle un final determinante. Si no, nuevamente, nos hará entregarle nuestro país a otro virus que podría ser tan o más peligroso que el que Pedro Castillo representa.

 

Fotografía tomada por Verónica Salem. Tomada de https://peru21.pe/politica/keiko-fujimori-responde-a-su-padre-ha-llegado-el-momento-de-volver-a-empezar-noticia/

Artículo escrito por:

  • Ricardo Gálvez

    Es Administrador de la Universidad de Lima y Magíster en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la PUCP. Ha trabajado en empresas del Sector Financiero, Seguros y Venta Directa en las áreas de Marketing, Planeamiento Comercial y Compras. Realizó su Tesis de Maestría investigando el comportamiento de los parlamentarios ante las reformas de financiamiento político. “Punto Medio” es el espacio donde vierte sus opiniones, comparte su análisis político y nos da a conocer sus puntos de vista y conocimientos sobre esta pasión que siempre lo acompañó desde joven.

Más para leer

Hipocresía pura y dura

Hipocresía pura y dura

La derecha prefiere a un golpista que a una mujer transgénero. Y la izquierda dizque democrática blinda a una golpista.

¿Golpe avisa?

¿Golpe avisa?

“No se dan cuenta de que las manifestaciones violentas no son solo físicas y que el abuso del poder también es una de ellas”

El gasfitero maquillando a la novia

El gasfitero maquillando a la novia

“¡El congresista legisla, fiscaliza y representa! ¿En qué parte de la Constitución se indica que coordina inversiones u obras?”