El 2021 llega a su fin y haciendo una retrospección, ¡vaya que fue un año cargado de temas políticos! No sólo elegimos a un nuevo presidente y Congreso, sino que este proceso electoral acarreó un desgastante trance de reclamos, denuncias e impugnaciones de votos alegando un fraude electoral que hasta ahora no pudo siquiera probarse. Una vez instaurado el gobierno de Pedro Castillo, la oposición más férrea ha ejecutado una serie de mecanismos constitucionales para intentar desestabilizar al gobierno: interpelaciones ministeriales, un ministro censurado, una moción de vacancia, pedido de facultades legislativas recortadas y hasta interpretaciones constitucionales para buscar cerrarle candados al Ejecutivo (cuestiones de confianza y pedidos de referéndum).
Ahora bien, ¿qué puede depararle al Ejecutivo el nuevo año 2022? En mi opinión, nada positivo y una seria incertidumbre. En primer lugar, hay una serie de investigaciones fiscales que alcanzan al presidente Pedro Castillo, partiendo por la presunta financiación oscura del partido Perú Libre para los comicios 2021, continuando con las reuniones clandestinas en Breña con cierto grupo de proveedores estatales y terminando, momentáneamente, con una licitación cuestionada de Petro Perú, que involucraría a la señora Karelim López, una persona que sabemos está fuertemente vinculada al jefe de Estado. En segundo lugar, tenemos a las latentes mociones de vacancia, mismas que seguirán siendo utilizadas por la derecha para tentar remover al presidente de la República amparados por la nebulosa de la “permanente incapacidad moral”. En el intento de diciembre, sólo obtuvieron 46 votos a favor y fueron Acción Popular y Alianza Para El Progreso las bancadas clave que impidieron que se lograra la vacancia. Ahora bien, se puede presumir que si durante el próximo año, pruebas de corte multimedia o documentos que comprometiesen al presidente Castillo con actos de corrupción, una nueva moción de vacancia podría obtener los ansiados 87 votos por la derecha. En tercer y último lugar, tenemos la más reciente chispa que les ha dado la presidenta del TC a los 130 congresistas. Ella manifiesta que: “la Comisión Permanente lo acusa ante el Congreso, el Congreso decide retirarlo, con sus cargos. Sin perjuicio de que el Ministerio Público continúe con la investigación.”. Esta declaración de Marianella Ledesma se ampara en el artículo 99 de la Constitución. También alega lo siguiente: “la Comisión Permanente puede acusar al presidente ante el Congreso por dos causales, por delitos o por infracción a la Constitución, que es otra alternativa (…). Luego, ante esa acusación de la Comisión Permanente, el Congreso toma la decisión de suspender al presidente e inhabilitarlo por diez años (del) ejercicio público (…)”. (Para más información: dar click aquí).
Esta última alternativa que comenta la presidenta del TC resulta peculiar y hasta hilarante porque si nunca la usaron, se puede concluir que los congresistas de los últimos 5-6 años son ignorantes plenos de la Constitución, sus herramientas y recursos. Ahora bien, este mecanismo se entiende que no demanda una resolución judicial dado que es una denuncia y acusación de corte político, es por esa razón que sólo se puede lograr la suspensión e inhabilitación del presidente por un plazo delimitado de tiempo. No obstante, la denuncia que vaya a hacérsele al presidente se entiende que deben ser lo suficientemente sólidas y probadas para que puedan convencer a los congresistas tanto de la Permanente como del Pleno. ¿Lo usarán en el 2022? Ojo que luego que esta primera legislatura culmine a mediados de enero, la Permanente seguirá en funciones dentro del periodo de receso de los parlamentarios, entonces podría acusarse al presidente en cualquier momento que se desee, de tener un caos redondo para lograr el fin último que tiene un grupo de congresistas.
En cuanto al país, el avance de la variante Ómicron será un problema que veremos hasta qué punto se desata durante el primer trimestre del año. En consecuencia, se prevé que mantendremos el Estado de Emergencia durante los 12 meses e incluso se mantendría el toque de queda, que hoy por hoy ya no cumple ningún fin disuasivo ni coercitivo debido a que ya no existe un control firme de las FF.AA. ni de la Policía a toda hora. La recesión económica seguirá siendo un crudo problema que conlleva desempleo, inflación, hambre y pobreza. En estos puntos espero equivocarme dado que el país no puede soportar un año más con esta contracción económica.
Como ya es común, no hay mes ni incluso semana en la que podamos descansar de la política en el Perú. Por ende, estemos con un ojo en lo nuestro, pero con el otro en el país. Son tiempos difíciles, sin duda. No vacilemos. El fin supremo es el país, hoy y siempre. Defendámoslo.
Foto: Fuente EFE. Tomada de https://www.libertaddigital.com/internacional/latinoamerica/2021-11-26/inician-en-el-congreso-de-peru-el-proceso-para-destituir-a-pedro-castillo-6841214/