Como es habitual ya en la política peruana, un nuevo episodio de “vacancia presidencial” ha iniciado. Esta vez quien ha dado el ‘play de honor’ es la congresista Patricia Chirinos, de Avanza País, a través de una moción de vacancia que contiene una serie de alegatos como el irregular ascenso en las FF.AA., la filtración del examen de maestros, el vínculo de exministros con el terrorismo, la misoginia en altos funcionarios, entre otros motivos. Como era de esperarse, su pedido a viva voz en la sesión congresal del pasado jueves logró atrapar el apoyo de la bancada de RLA, Renovación Popular, y por supuesto la de Keiko Fujimori, Fuerza Popular. Con los votos necesarios, la moción ha quedado lista para su presentación.
Nadie puede negar que el gobierno actual viene atravesando una serie de escándalos, impasses y flaquezas de gestión. El cambio tan frecuente de ministros sólo denota la falta de consistencia del gabinete y la pésima capacidad de los equipos técnicos del Ejecutivo para filtrar candidatos idóneos en lo profesional y ético, así como priorizar la meritocracia y línea de carrera para la designación de ministr@s y no únicamente basarse en temas de confianza por personas que claramente no tienen experiencia en la cartera. Por otro lado, la premier Mirtha Vásquez ha podido calmar ligeramente las aguas tras la insostenible gestión de Guido Bellido en el premierato. No obstante, en recientes eventos, ha tenido declaraciones y hechos desafortunados con el tema minero en la región Ayacucho. No puede olvidarse que los contratos no pueden resolverse unilateralmente, sino que es un vínculo bilateral, realidad que tiene incluso el aval constitucional. Ahora bien, ¿la vacancia debería proceder únicamente por tener el peso de los votos o por la acumulación de evidencias delictivas, inconstitucionales o ‘inmorales’ del mismísimo presidente Pedro Castillo?
Cabe recordar qué nos dice el artículo 113º de la Constitución peruana: “el presidente de la República vaca por: muerte del presidente, su permanente incapacidad moral o física, declarada por el Congreso, aceptación de su renuncia por el Congreso, salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo fijado y por destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo 117º de la Constitución.”
Tras todos los sucesos políticos acontecidos en los últimos 5 años, hemos podido constatar el peligro tremendo que trae la ‘caja de pandora’ de sentenciar a un presidente por no tener capacidad moral para gobernar. Desde Punto Medio, ya se ha señalado que no se cuentan con patrones fijos para objetivar la moralidad de una persona, dado que la escala moral de cada parlamentario es, sin duda, distinta. Hoy en día, esta figura constitucional para vacar a un presidente sigue siendo gaseosa y subjetiva. Tras la vacancia de Martín Vizcarra, el Tribunal Constitucional no quiso poner las pautas a esta herramienta, dejándola hasta el día de hoy abierta. De más está recalcar que el Congreso actual no piensa tocar esta “perita dulce” que tiene para poner y sacar presidentes.
En cuanto a los votos, son 43 votos los que tendrían si consideramos que existiría unanimidad en las 3 bancadas que apoyan la moción de vacancia. Por el lado de Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP), han ya oficializado a través de comunicados que no apoyarían cualquier intento de vacancia; sin embargo, no debemos pasar por alto que los congresistas Gladys Echaíz y Roberto Chiabra son siempre rebeldes en las posturas partidarias dentro de APP, curiosamente ambos invitados en estas elecciones. Sumémoslos, tendrían 45 votos. A sabiendas que ni los morados ni JPP ni Somos Perú ni tampoco Podemos Perú votarían por retirar del cargo a Pedro Castillo, las bancadas de derecha buscan seguir apoyando para lograr la escisión entre cerronistas y castillistas dentro de la bancada oficialista. Si considerásemos los 16 votos en contra que recibió el gabinete Vásquez en la sesión de investidura, el grupo congresal que busca vacar a Castillo lograría juntar 61 votos…aún lejos de los 87 que se requieren. No obstante, no se puede contar con los absolutismos en APP ni en AP porque se sabe que dentro de estas bancadas hay distintas corrientes políticas y de pensamiento y tranquilamente podrían recabar esos 26 votos que estarían pendientes.
Finalmente, debemos dejar en claro que estar trayendo a los titulares del escenario político la vacancia presidencial sólo ayuda a ahondar más la crisis integral que vive el país. Asimismo, los hechos vistos hasta ahora no llegan aún a redondear una culpabilidad delictiva del presidente como para que su cargo esté en juego. No olvidemos que son l@s ministr@s quienes asumen la responsabilidad política del presidente en cuanto tema se presente de la gestión ejecutiva. El presidente Castillo tiene muchísimo que mejorar y ponerse a trabajar para cumplir el sinfín de promesas que hizo en varias regiones del país en tiempos de campaña dado que el pueblo está cansado ya de oír promesas y ver que nunca se cumplen. Busquemos la gobernabilidad y la estabilidad, pero sin perder jamás la correcta y responsable labor fiscalizadora de las autoridades correspondientes, así como de la sociedad civil. Este país es nuestro y debemos defenderlo siempre anteponiendo la Constitución y el Estado de derecho.
Foto: Karel Navarro / AFP. Tomada de https://www.nacion.com/el-mundo/politica/izquierdista-pedro-castillo-jura-como-nuevo/HKHG7477MJBKFNWPBBOJJURA6U/story/