El día de hoy, los congresistas – políticos en los que la población no confía plenamente – decidirá si le otorga o no la “confianza” al Gabinete presidido por Mirtha Vásquez.
La “confianza”, en la vida cotidiana, es la creencia – o esperanza – de que algo o alguien actuará de determinada manera. Es un sentimiento bastante ingrato, para llegar a construirlo se necesita de un trabajo consistente e inequívoco. Sin embargo, se puede destruir con un solo evento que puede durar instantes.
Si hoy los ciudadanos peruanos tuviéramos que darle nuestra confianza a estas instituciones o personalidades, ¿se la daríamos?
- Al Congreso, como institución eficiente y fiscalizadora.
- Al Presidente de la República, como líder que nos dirigirá hacia un mayor bienestar como país.
- A la Policía, como guardián de nuestra seguridad y la de nuestros familiares.
- Al Sistema de Justicia peruano, como garantía de que podremos resolver mediante él todos nuestros conflictos de manera digna.
- Al Sistema de Salud peruano, como soporte de nuestro bienestar, como garantía de que recibiremos una atención adecuada en el momento en que lo necesitemos.
- Al Sistema Educativo Público peruano, como aquel que permitirá que se desarrollen nuestros hijos.
Muchos responderán que no, no les dan su “confianza” estas instituciones. ¿Entonces? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no confiamos en ellos si nosotros mismos alimentamos el sistema que los mantiene tal cual, cada 5 años?
Cuando se acercan las elecciones, esas faltas de confianza parecieran desaparecer. En esos momentos, por simpatías personales o apatías, decidimos regalarla a aquellos que antes la han traicionado. Pasadas las elecciones, nos quejamos de que aquellos que acabamos de elegir no son los idóneos. ¿Hasta cuándo seguiremos nutriendo este patético círculo vicioso?
Empecemos de una vez a exigir que se den los primeros pasos. Necesitamos que los precarios partidos políticos se comprometan a debatir sobre la Reforma Política integral, tomando como ejemplo lo que trabajó la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política (CANRP). Rompamos esta inercia que no nos lleva a nada.
Foto: Jessica Merino/La República