Por una reforma agraria eficiente

Oct 4, 2021 | ❖ Punto de Inflexión

Este domingo 3 de octubre, el presidente Castillo cumplió con una de sus tantas promesas de campaña: “la segunda reforma agraria”. Ese binomio de palabras a muchos nos lleva automáticamente a asociarlo con “expropiación” y todo el radicalismo y transformación que condujo. Efectivamente, el presidente Pedro Castillo busca darle una continuidad a aquella reforma que ejecutó el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado en 1969, cuando se buscó mediante decreto ley eliminar los latifundios y haciendas que manejaban las tierras de cultivo y a sus empleados campesinos con acciones y realidades que lindaban incluso con la explotación e incluso con la esclavitud.

 

El fin de la medida sonaba justa y reivindicadora, pero los medios para conseguirla fueron excesivos y poco analizados en eficiencia. Decenas de hacendados perdieron a la fuerza sus tierras, recibiendo la promesa a través de bonos que serían indemnizados proporcionalmente. Sin embargo, muchos de ellos hasta el día de hoy siguen sin haber visto ni un solo sol. Por el lado del campesinado, sintieron un triunfo y una reivindicación laboral y social en el corto plazo, pero al largo plazo vieron que las empresas privadas asociativas que formaron fracasaban por el desconocimiento en temas de gestión e inversión. Para un mayor detalle incluso estadístico, recomiendo este informe del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI): ver enlace aquí.

 

Volviendo al presente, hoy la cita fue en el Cusco, multitudinaria y lógico, sin distanciamiento social alguno. Asistieron el presidente, el premier, ministros de Estado (Maraví incluido), congresistas, dirigentes sindicales y autoridades de la región cusqueña. Entre discursos de celebración, de lucha social y muchas arengas en quechua, los asistentes vitoreaban en favor de esta medida que consideran será beneficiosa para ellos. Una vez que el presidente Castillo tomó la palabra, habló de muchas promesas para esta segunda reforma agraria, de la que dejó claro que no sería basada en expropiación, sino con un enfoque de industrialización y tecnificación del agro peruano. Hasta allí, suena bien…una medida más acorde al siglo XXI y a un marco necesario y urgente para el país: la industria secundaria que sirva de transformación de materias primas en productos finales listos para el consumo. No obstante, ¿qué más anunció el presidente?

 

Pues continuó indicando que formaría un “gabinete de desarrollo agrario y rural”. ¿Gabinete? Yo creería que quiso hacer referencia a una mesa de trabajo que pueda funcionar perennemente, pero en este gobierno mejor cabrían las aclaraciones. Prosiguió anunciando que revisarían la franja de precios de los productos a fin de elevar los márgenes de los productos subsidiados por el Estado y de los productos importados. Cabe señalar que se necesitaría conocer las estrategias y las escalas que se impondrían. Inmediatamente después, decretó la construcción de al menos una planta de producción de fosfatos y fertilizantes en Bayóvar – Piura, que sirva para abastecer al mercado agricultor interno, pero también para la exportación a países vecinos. En cuanto al agua, la construcción de cochas y reservorios que permitan distribuir el recurso hídrico por los valles y campos agrícolas de la costa y sierra. Sin embargo, cabría aconsejar que estos planes de inversión en tecnología deban venir atados de una fuerte capacitación y educación de los agricultores y técnicos a fin de fortalecer la cultura ambiental, ecológica e industrial que se requiere para que estos proyectos fluyan y crezcan con el paso del tiempo. Finalmente, dio la noticia que se ofrecerían créditos para los agricultores y la mujer agropecuaria a través de COFIDE y el Banco de la Nación para incentivar los proyectos de inversión que estas personas requieran, pero lógicamente a tasas de interés bajas.

 

La idea no deja de ser interesante y hasta buena, pero debe siempre buscar ser eficiente y sostenible en el tiempo. Sin capacitación e industrialización, el plan volverá a fracasar.

En mi opinión, no deben faltar los enfoques hacia el comercio justo, donde el campesinado reciba un precio equitativo y proporcional al producto y la cantidad vendida, tratando de reducir al mínimo los intermediarios o incentivando cadenas logísticas unificadas que puedan manejar tarifas negociadas y competitivas. Aumentar las plazas para colocar los productos agrícolas, a través de ferias o mercados itinerantes, donde pueda existir una sana competencia entre productos nacionales a un precio racional. Desarrollar capacitaciones para formas asociaciones y empresas (mypes y/o pymes), donde se eduque con estrategias administrativas y técnicas acerca de la sostenibilidad y escalabilidad en un negocio de agricultura y por qué no, de agroexportación. Industrializar de manera urgente el agro, con incentivos estatales o privados para invertir en nuevas tecnologías y plantas de industria secundaria que permitan transformar materia prima en un producto final de alta calidad. Y, como última idea, revisar las barreras arancelarias y no arancelarias de productos importados. No más verduras, legumbres, tubérculos o frutas internacionales que canibalicen a las nacionales, con precios muy parecidos, a sabiendas que la oferta integral, hasta en el empaquetado, puede ser superior en el producto importado. Incluso no sólo podrían colocarse aranceles como Ad-Valorem, Específicos, Selectivo al Consumo (ISC), Antidumping o Compensatorios, de acuerdo con cada caso, porque suelen desalentar al comercio internacional al ser medidas gravosas de corte pecuniario, pero sí pueden aumentarse los requisitos de certificaciones que prueben la calidad homologada tanto por entidades internacionales como por los organismos peruanos correspondientes: SENASA, DIGESA, SERFOR, entre otros.

 

Ahora bien, el presidente Castillo cerró su discurso diciendo que en su gobierno “primero está el pueblo; en segundo lugar, está el pueblo; en tercer lugar, está el pueblo”. Incluso dijo que el 28 de julio él juró por una nueva Constitución: “hoy, ¿a quién le corresponde hacerla entonces?”, finalizó. (ver referencia de la ceremonia: aquí).

 

El presidente ha vuelto a encender las alarmas de estar firme en la idea de una nueva Constitución con enfoque en el pueblo y este anuncio se da en el inicio de una medida popular, pero también que genera mucho temor y reserva en varios sectores políticos. ¿Son tambores de una nueva guerra entre el Ejecutivo y el Legislativo? Una vez más, nos toca como ciudadanía responsable estar vigilantes de lo bueno y malo que este gobierno haga, no olvidemos que faltan 4 años 10 meses de gestión.

 

Foto: Fuente Andina. Tomada de https://rpp.pe/economia/economia/segunda-reforma-agraria-que-se-propone-segun-el-midagri-noticia-1350488

Autor

  • MBA por la Universidad Politécnica de Madrid y licenciado en Administración por la UPC. Experiencia laboral en logística y comercio exterior en empresas del sector privado. Militante del Partido del Buen Gobierno (PBG). De convicciones políticas democráticas y liberales, con especial enfoque en derechos humanos, medio ambiente, comercio justo y defensa de un sistema educativo de calidad. Desde hace más de 7 años, comentando sobre política desde mi espacio en Twitter: @GaboooTM.

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