Por Ricardo Gálvez del Bosque
Las personas que pueden pagar un servicio de streaming saben en el fondo que, en un país en el que la mayoría es pobre y gran parte sufre de inseguridad alimentaria, quejarse porque le cargaran impuestos a ese gasto podría sonar hasta ridículo. “No seas llorón”, podrían decirle a quien le irrite la medida.
Sin embargo, cuando uno hace el cálculo de todo lo que le paga al Estado mes a mes, parece resultar imposible el no fastidiarse. Inmediatamente surgen algunas preguntas que nos atormentan. ¿A cambio de qué pago tanto impuesto? ¿Seguridad? Ya sabemos que de eso no hay nada. Tú mismo tienes que poner tus cámaras, contratar a un guardián, y establecer tus propias medidas de seguridad. Y si te pasa algo, ¡ni soñar con denunciarlo ante la Policía! ¿Para qué? ¿Para pasar un mal rato y que no hagan nada al respecto?
¿Se nos ofrecerá a cambio estabilidad jurídica o acceso a una justicia eficiente y real? Ni en bromas. Intenten acudir al Sistema de Justicia y verán si no se estrellan contra la impunidad y la corrupción. El Estado pareciera decirte que tienes que encontrar justicia con tus propias manos.
En medio de la desazón, crees encontrar alguna luz al final del túnel: “¡Ya sé! ¡Educación!”. Pero constatas que en ese sector se promueve la estafa, desde el Congreso y el Ejecutivo. Maestros jalados nombrados en colegios, profesores que violan y no les pasa nada, universidades bamba – sin una mínima supervisión – que estafan y son premiadas por el Estado, exámenes para el SERUMS que buscan enviar doctores reprobados a las zonas más pobres. Y ni qué decir de la atención en Salud. Si quieres tener una atención digna (o al menos alguna atención), te tienes que ir al sector privado. Claro, si es que quieres tratar tu dolencia antes de llegar al crematorio.
¿Servicios? Uy, verdad que ni pasaportes dan. ¿Pistas? ¿infraestructura? Mejor reír para no llorar.
Entonces piensas que, al menos, ese dinero se destina a ayudar a los más pobres, ¿no? Y abres un periódico y constatas que gran parte del presupuesto se lo roban, ¡y con descaro!
Siendo éste el panorama al que nos enfrentamos, ¿qué clase de contrato social es este en el que vivimos? ¿Uno en el que financiamos a corruptos que favorecen a las economías ilegales y delictivas para luego recibir su desprecio a cambio? Hoy mismo, gracias a la ley de este Congreso que protege a las organizaciones criminales, se ha reportado un allanamiento a una banda de delincuentes que no pudo ejecutarse hasta después de DOS HORAS. Dos horas en las que tranquilamente se puede eliminar la mayor cantidad de pruebas de los delitos cometidos. Lindo, ¿no?
Para muchos afortunados, un sol más o un sol menos de impuestos en su economía familiar no es relevante. Pero cuando piensas en tu relación personal con ese Estado que te quiere robar más y que te insulta (no sé ustedes, pero yo lo tomo así: como un insulto) poniendo a delincuentes a manejar tu dinero, ¿cómo no indignarse? El descaro es tal que ya existe un proyecto de ley del congresista Luis Cordero Jon Tay que propone que los funcionarios públicos condenados por casos de corrupción puedan postular a la vicepresidencia y/o presidencia de la República. ¿Se puede ser más fresco?
Muchos sienten que éste es un círculo vicioso del cual es difícil escapar y se llenan de desesperanza cuando lo piensan. Por tanto, prefieren no leer noticias por salud mental. Lógico: deprime, angustia y enfurece. Sin embargo, así la cosa pública se vuelve ajena y los políticos siguen robando mientras miramos hacia otro lado con resignación.
Algunos dirán que “en todos lados hay corrupción” (mal de muchos, consuelo de tontos, por cierto). Y tienen un buen punto. Por supuesto que hay en todos lados. Pero, en otros lados cuando se descubre, se intenta combatirla y volverla marginal. Aquí, se incentiva, se promueve y se premia. Diferente, ¿o no?
¿Vamos a seguir en la indolencia? ¿Nos gusta que nos roben el presente y el futuro? ¿No es hora de decirles “¡Basta! ¡A nosotros nos tienen que respetar!”?
Imagen: Generada con IA tomando como insumo la foto de https://idehpucp.pucp.edu.pe/boletin-eventos/que-hacer-frente-al-aumento-de-la-pobreza-monetaria-en-el-peru/