Por Martín Hernández Berrocal
Apenas se anunció la convocatoria de la Selección Peruana para la primera fecha doble de las Clasificatorias al Mundial 2026, un nombre quedó en el aire: Ángelo Campos. Aquel buen arquero de Alianza Lima, que tuvo un desempeño aceptable en este año y que, a leguas, merecía ser convocado en esta primera fecha doble, no fue considerado por el técnico Juan Reynoso. Horas después, nos enteraríamos de la verdad tras su no convocatoria.
Ángelo Campos se encuentra detenido en la Comisaría de Chacarilla del Estanque, en Surco, acusado de agredir física y psicológicamente a su pareja. Según el reporte del médico legista, la agredida terminó con “incapacidad médico-legal (Es aquella que fija un médico perito cuando las lesiones aún se encuentran en proceso de reparación y se desconoce el resultado final de esa reparación; constituye un pronóstico teórico que se hace sobre la duración y gravedad de una lesión) y presenta equimosis (hematomas) en ambos brazos”.
Inmediatamente después de haberse suscitado la agresión, el guardameta aliancista fue puesto a disposición de las autoridades, quienes, a través de la Quinta Fiscalía Provincial Especializada en Violencia contra la Mujer (Primer Despacho), requirieron que Ángelo Campos pueda ser sentenciado en menos de 72 horas, en caso se compruebe su culpabilidad.
¿Qué tan cobarde puede ser un ser humano de agredir a una mujer, quien además es la persona a la que se juró delante de Dios el defenderla y protegerla?
Sin embargo, es preciso comentar que, solo por ser un personaje mediático y conocido, la justicia ha actuado con celeridad y rapidez. Ese es un claro ejemplo de que no todos lamentablemente acceden a un mismo trato por parte de las autoridades, quienes solamente se ponen las pilas por ser un futbolista de uno de los clubes más populares del país.
¿Dónde han quedado las víctimas “NN”, quienes día a día son agredidas, quienes reclaman que se acelere su proceso ya que temen por su vida? ¿Dónde están las autoridades que deciden qué caso amerita un proceso “exprés” (aunque amparado por Ley) y cuáles deben seguir el conducto regular? ¿Cuántas veces más vamos a tener que escuchar en las noticias que alguien ha sido víctima de violencia y que su agresor sigue libre en las calles?
Para cuando usted, estimado lector, esté leyendo esta nota, ya habrá salido un veredicto y podremos conocer cuál será el destino de Ángelo Campos.
Quien un día fue el ídolo de muchos niños, es ahora un agresor más. Y esa es una cruz que tendrá que cargar por toda su vida.
Imagen: Composición Punto Medio. Ángelo Campos: Facebook Alianza Lima.