Por Ricardo Gálvez del Bosque
Se acerca la temporada de premios y regalos en el Congreso, el famoso juego de las sillas para integrar la nueva Mesa Directiva. Ocupar un puesto ahí trae varios beneficios, desde el manejo del presupuesto y la agenda parlamentaria, empleados que respondan directamente a ellos, viajes y pomposidad, entre otras gollorías.
Por tanto, no sorprende observar como los congresistas empiezan a negociar entre ellos para que uno de los suyos ocupe tan prestigioso lugar. En ese afán, algunos van lanzando ciertas declaraciones a la prensa, buscando congraciarse con grupos que no son necesariamente afines a ellos mismos. Y es que, otorgar ese beneficio no suele ser una entrega gratuita y viene con condiciones a cambio.
Por ejemplo, no creemos que las declaraciones de Norma Yarrow (ex Renovación Popular y actual integrante de Avanza País) hayan surgido como un sorpresivo brote de sentimientos democráticos espontáneos. Hace unos días, sorprendió a algunos de sus seguidores afirmando que “la izquierda tiene que tener un asiento” en la Mesa Directiva.
“Todavía no hay consensos, hay opciones que hay que conversar. Creo que va a tener que ser una mesa multipartidaria. Yo creo que la izquierda tiene que tener un asiento. Yo me voy por la izquierda del magisterio”.
¿Y ese desprendimiento? ¿Yarrow proponiendo que cierto grupo de izquierda tenga un cupo en la Mesa Directiva? ¿Abogando a favor del Bloque Magisterial, aliado incondicional de Pedro Castillo? ¡Qué cosas! ¿No?
Hace pocos días, el intento de reforma constitucional que reinstauraría la bicameralidad (y permitiría, de manera asolapada, la reelección de los actuales congresistas) se quedó a un voto de ser aprobada en la primera legislatura. ¡86 votos! ¡Uno más y la hacían! Esta iniciativa, respaldada por los grupos afines a Yarrow se quedó corta debido a que los congresistas del Bloque Magisterial se voltearon en la votación clave. ¡Oh, sorpresa! ¡Justo los que ella invita a la Mesa Directiva!
Se necesita, pues, su apoyo. ¿Cuánto vale y cuánto cuesta ese respaldo que impediría que dicha reforma pase por un referéndum y solo sea ratificada por el Congreso? Aparentemente, para Yarrow y algunos de sus allegados, un puesto en la Mesa Directiva y la eliminación de la evaluación docente.
En estos días seremos testigos de este tipo de ofrecimientos. Recordemos que para nuestros congresistas no es importante negociar políticas, objetivos, ideales, proyectos, iniciativas o reformas importantes para el país. Para ellos parece ser más interesante el “toma que te doy”, y esa sería la dinámica en la que se sentirían más cómodos.
Estemos atentos. Nada es gratis en este Congreso. Nada.
Imagen: Composición Punto Medio. Juego de las sillas tomado de https://www.daletiempoaljuego.com/las-sillas-musicales/ . Congreso tomado de Twitter del Congreso (@congresoperu).