Por Ricardo Gálvez del Bosque
Tras los resultados de la elección para la composición de la Constituyente que tendrá el encargo de redactar la nueva constitución chilena, queda en evidencia el fracaso de la izquierda de ese país en sus propósitos. Esto sucede tras el contundente rechazo del 62% de los chilenos, el 4 de setiembre del año pasado, al borrador de la nueva Constitución que propusieron los últimos constituyentes.
“El proceso anterior fracasó, entre otras cosas, porque nos supimos escucharnos entre los que pensábamos distinto”, afirmó el Presidente Boric. También hizo una invocación a construir un nuevo proceso sin venganzas ni mezquindades. Ironías de la vida, finalmente, quienes estarán encargados de escribir la nueva constitución serían los que se oponían a cambiar la que surgió durante la dictadura de Pinochet.
Cierto sector de la izquierda peruana debería tomar nota sobre lo acontecido en Chile. Y es que en nuestro país algunos siguen creyendo que impulsar la convocatoria a una Asamblea Constituyente les otorgará los réditos políticos que tanto aspiran obtener. Sería positivo que, en vez de impulsar el tema con obsesión ciega, sean capaces de proponer las reformas que buscan implementar en vez de promover que todo vuelva a foja cero y el resultado les sea adverso.
La Constitución peruana no es perfecta, y claramente necesita de reformas urgentes. Desde este espacio hemos planteado diversas propuestas, sobre todo en la parte política de nuestra Carta Magna. Lamentablemente, no están en el debate nacional que impulsan nuestros políticos de turno, empobreciendo la democracia que se sostiene a duras penas en un sistema sin pesos y contrapesos prudentes. Pareciera que el desbarajuste de nuestro sistema político les resulta atractivo a aquellos políticos que ansían hacerse del poder por la puerta falsa.
Nuestra izquierda aún busca impulsar un nuevo proceso constituyente. Amparados en el populismo y sin aterrizar en reformas concretas, creen que es suficiente hacerle creer al electorado que una nueva Constitución es el santo remedio que necesitamos para superar todos nuestros males. Creen que, convirtiendo el documento del 93 en el cuco culpable de nuestras carencias, lograrán engañar a la ciudadanía. Nos preguntamos, ¿alguien les ha escuchado decir qué pretenden cambiar en concreto y con qué piensan reemplazarlo? Porque, pancartas hemos visto, pero, ¿propuestas? ¡Ninguna!
Si fueran sinceros con sus intenciones, materializarían las reformas que creen que necesitamos en concreto y buscarían que se aprueben dentro del procedimiento establecido. De ser sensatas, podrían aspirar a contar con el apoyo de personas que no se encuentran dentro de sus bases.
Sin embargo, pareciera que coexisten dos corrientes: algunos no tienen claro qué quieren cambiar, y otros ocultan sus verdaderas intenciones. Ambas son preocupantes. Sería bueno que intenten tomar nota sobre lo que ha pasado con nuestro vecino y dejen de soñar con ser los nuevos refundadores de la patria.
Imagen: Composición Punto Medio. Boric tomada de https://www.lanacion.cl/presidente-boric-nuestro-desafio-es-que-nuestro-pais-se-transforme-en-el-principal-productor-de-litio-del-mundo/