Por Ricardo Gálvez del Bosque
Ya se está volviendo parte de una tradición dominical el enterarnos, gracias a los reportajes que salen a la luz, de más congresistas que delinquen recortando ilegalmente los sueldos de sus trabajadores en el Congreso. Ahora, con el escandaloso destape sobre el caso de María Cordero Jon Tay (Fuerza Popular), serían 5 las parlamentarias acusadas de esta práctica delictiva.
Si con el caso de Rosío Torres creímos que habíamos tocado fondo, nos equivocamos. Verla en video borrando los mensajes de whatsapp que la incriminaban, simplemente fue un récord de bajeza que superó rápidamente la congresista Cordero. Y es que, el dominical Punto Final consiguió pruebas prácticamente irrefutables del accionar de la fujimorista.
Según los testimonios que se expusieron, Cordero exigía a los trabajadores el abono del 50% de su sueldo por un período de 6 meses a través de un intermediario llamado Braden Paredes. Luego de ese plazo le exigieron al trabajador que deposite hasta un 75% de sus ingresos para cubrir los gastos de la parlamentaria.
En uno de los audios propalados, se le estaría escuchando a la congresista decirle al trabajador que necesita que abone inmediatamente su parte. Cuando la víctima le dice que no tiene el dinero, se escucha a quien sería Cordero decirle:
“Vamos al cajero entonces, no sé. No, no es que no tengas. Es que yo necesito. Eso es el tema. Las operaciones no esperan. Y son personas que me han ayudado en campaña. O sea, yo ya quedé, no puedes estar mañana, mañana, mañana. Así no son las cosas, porque a ti ya te depositaron, ya vamos al cajero de una vez.”
Por si fuera poco, luego se pone agresiva y matonesca indicándole lo siguiente:
“¡No, vamos al cajero! ¡Es que yo no sé tus pagos! O sea, eso no tiene nada que ver. Esa plata es intocable. Se te dijo de un comienzo. Braden también lo ha dicho. Es intocable (…) Todos ponen a la persona que le ayudaron, nadie te pone por nada ahí (…) hay que ser consciente.”
Como cereza de la torta, la congresista estaría reconociendo en un audio que la información que le brindó a la ONPE sobre el financiamiento de su campaña política sería falsa. Ese sería otro delito más que estaría cometiendo.
“¿Acaso tú me has ayudado?¿Tú me has puesto tela, 100 mil dólares? ¡Yo me he gastado más de 300 mil dólares en la campaña! ¿Y, cómo crees tú? Vendí mi carro, mis alhajas las empeñé (…) Me he quedado sin nada, no tengo ninguna alhaja de oro. Todo lo he vendido. Y empeñado. ¿Cómo recupero mis cosas?”
Fuerza Popular reaccionó pidiendo que se inicien las investigaciones fiscales correspondientes. También solicitaron a la Comisión de Ética Parlamentaria (esa que blinda a todos) que se abra una investigación de oficio contra la fujimorista, así como su retiro de la Comisión Permanente, Consejo Directivo y otras comisiones que integra.
Hay que recordar que no es la primera vez que Cordero logra una curul con Fuerza Popular. Tampoco es el primer escándalo que genera. Por tanto, genera dudas que dentro del fujimorismo no supieran de la calidad moral de su compañera. ¡Tan cándidos no son, pues! ¡Nadie te chavetea de forma tan descarada sin sentirse inmune! El problema parece ser que estalló el escándalo, y que la congresista dejó demasiadas evidencias descaradas de su ilegal accionar.
Afirmar que nadie “te pone” (te da un trabajo) ahí “por nada” a cambio es la evidencia tangible del problema al que nos enfrentamos: ésta sería una práctica delictiva mucho más usual de lo que se cree. Esperamos su pronto desafuero, así como el de las otras parlamentarias acusadas de cometer el mismo delito.
Imagen: Fuente Congreso de la República.