Por Ricardo Gálvez del Bosque
Hace unos días, el ex congresista Luis Valdez, mano derecha de César Acuña y Secretario General del partido Alianza por el Progreso (APP), criticó a los congresistas de su bancada que votaron en contra del adelanto electoral.
“La mayoría de la bancada prefirió apartarse de la decisión institucional del partido. Respetamos la decisión que tomaron, pero no la compartimos; ya hicimos sentir nuestra incomodidad con este tema.”
¿Están incómodos con la decisión? ¡Para reírse, pues! En estos últimos años, APP se ha caracterizado por decir una cosa y hacer otra, engañar a la gente con una proclama y votar en el sentido contrario.
Luego de ocasionado el desastre, aparecen las justificaciones absurdas (“no sabía por qué estaba votando, no vi el documento para firmar, fue confusión, queremos aprobar otra cosa mejor y por eso rechazamos esto temporalmente”), o las incomodidades de sus dirigentes (“no sabía que iban a censurar al gabinete, no imaginamos que vacarían, no teníamos idea que no votarían a favor del adelanto electoral”).
Al poco tiempo de la declaración de Valdez, indicando su «incomodidad», para variar, APP indicó que ya no respaldan el adelanto electoral. Contradiciéndose en cuestión de horas, dijo que «con estas autoridades que hoy convocan y con este Congreso sería un gran daño al país realizar un nuevo proceso electoral«. Ustedes elijan a qué Valdez creerle, ¿al de la semana pasada o al de esta semana?
¿Qué es lo que sucede realmente en APP? Creemos que coinciden dos fenómenos importantes que hay que tomar en cuenta al analizar la línea que sigue dicho partido.
Sin filtros
El primero es que no tienen ningún filtro a la hora de ofrecer candidaturas. Tampoco les interesa implementarlos. Consiguen a gente que puede aportar algo a la campaña, que puede generar notoriedad a la hora de la elección, y punto. Si tuvieran algún filtro no hubieran llevado y blindado al sentenciado General Donayre o al investigado y golpista Villanueva, no habrían llevado en su lista a la topo Heidy Juarez, no nos hubieran ofrecido al acusado de violación sexual Freddy Diaz, ni tampoco tendrían entre sus filas a recortadoras de sueldos como Rosío Torres y Magaly Ruiz.
Quizás los filtros que aplican son los mismos que se realizan con las tesis que publica la Universidad César Vallejo. Pero eso ya sería entrar en el terreno de la especulación.
Doble cara
Otra característica especial que tienen en dicha agrupación es que no tienen palabra. Un día te pueden jurar y re jurar que no te censurarán el gabinete, o que no apoyarán una moción de vacancia. Y ese mismo día pueden estar coordinando cómo rodará tu cabeza y qué recibirán a cambio. Una declaración del partido o de la bancada a favor de alguna decisión o en contra de la misma no significa nada.
¿Por qué? Porque van al mejor postor. No defienden principios o líneas generales, defienden intereses particulares. Entonces, si no les conviene por A ó B motivos, o si sacan algún rédito (así sea tangencial) con una postura diferente a la que proclaman, no se hacen paltas en irse por el camino contrario al que impulsaron mediáticamente.
¿Se puede confiar en un partido así?
Definitivamente, no. Pero ahí están, con su popularidad intacta, consiguiendo gobierno regionales y curules parlamentarias. Sarna con gusto no pica.
Imagen: Composición Punto Medio.