Por Ricardo Gálvez del Bosque
Ayer les explicábamos todo lo que el Congreso ha logrado obtener, convirtiéndose en un poder sin contrapesos (elemento vital para cualquier democracia). En resumen, han conseguido:
- Un Tribunal Constitucional (TC) que responde a sus intereses.
- Que les den iniciativa de gasto (ya pueden crear forados en el Presupuesto).
- Que ningún otro poder del Estado ejerza control sobre ellos (adiós Cuestión de Confianza, y adiós control judicial).
- Nombrar a funcionarios sin cumplir las leyes que regulan dichos procesos.
- La subordinación de los jefes de los organismos electorales (iniciativa que está en proceso gracias a que el TC les otorgó sus cabezas en bandeja).
Ahora, irán por la Defensoría del Pueblo. Quien asuma ese puesto, será quien dirija la comisión que elegirá a los nuevos miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Dicho organismo puede elegir y destituir a jueces y fiscales.
Algunos bobalicones de la derecha radical y obtusa, que jamás piensan en curva, creen tener motivos para festejar. Podrán controlar todo desde el Congreso, y hoy tienen el poder. Son tan torpes que no se dan cuenta que, en el camino, están siendo repudiados por la ciudadanía. Sumada a su manera soberbia y déspota de pretender quedarse hasta el 2026 como si no hubiera pasado nada, el rechazo hacia ellos será mayúsculo cuando vayamos a elecciones.
¿Qué narrativa electoral creen que cobrará fuerzas en el 2026, tras años en los que los veamos sostener esta crisis de tensa calma con prepotencia y abuso de poder? ¿Qué líderes creen que serán los que aglutinarán la mayor cantidad de votos en esas elecciones? ¿Los del status quo, los del oficialismo encubierto? ¿O los contestatarios? Revisen la historia de nuestras elecciones, por si tienen dudas.
A ver, ¿y qué va a pasar cuando ese líder contestatario y antisistema llegue al poder con una bancada fuerte? No pensemos en mayoría simple, pero por qué no en una primera minoría de 50 congresistas oficialistas. ¿No vieron que, a pesar de su alucinante ineptitud, Castillo logró la adhesión de una buena cantidad de congresistas topos a sus proyectos? ¿No creen que un nuevo líder pueda comprar unos 16 votitos extras en el Parlamento?
Ya. Y con mayoría simple, ¿quién lo va a parar cuando empiecen los atropellos? Si el Congreso no puede ser disuelto, ni tiene que cumplir mandatos judiciales, ¿cómo piensan parar alguna iniciativa, digamos, de lo que más temen (alguna expropiación, por poner un ejemplo)? ¿Quién va a parar las iniciativas de gasto populistas que propongan los nuevos congresistas oficialistas?
Peor aún, teniendo ahora al Congreso de su lado, ¿se dan cuenta que se le ha otorgado al nuevo caudillo todo el poder? Y, como salvajemente se le acaba de dar al Parlamento la capacidad de controlar los organismos electorales, podremos despedirnos de las elecciones libres y transparentes. ¡Bienvenidas las elecciones como en Venezuela!
Por último, controlando al Defensor del Pueblo y éste presidiendo la Comisión que elige a la JNJ, el nuevo Congreso oficialista podrá remover a su gusto a cuanto juez y fiscal quiera, y nombrar a quienes le ayuden a perseguir a sus opositores.
Una maravilla el monstruo que han creado irresponsablemente. No se diga que no se advirtió a tiempo. Ojalá estos congresistas se vayan antes de que sigan haciéndonos daños que serán irreparables si, por ejemplo, un Antauro Humala llega a concentrar tal poder. ¿Ah, qué? ¿No lo creen posible? Bueno, pues. ¡Sarna con gusto no pica!
Imagen tomada de https://www.infobae.com/peru/2023/02/16/antauro-humala-debera-presentarse-ante-la-dircote-por-caso-de-apologia-al-terrorismo/