Por Ricardo Gálvez del Bosque
En el Perú nos hemos acostumbrado a que los políticos se contradigan constantemente. Con malabares mentales, asumiendo que el ciudadano es tonto y no se da cuenta, este fenómeno se repite una y otra vez.
Esta semana la congresista de izquierda, Ruth Luque, mientras brindaba declaraciones a algunos periodistas en plena Plaza Túpac Amaru, fue increpada por sus electores. No hay que olvidar que dicha parlamentaria apoyó consistentemente a Pedro Castillo durante todo su mandato, salvo el último día en que éste intentó ejecutar un golpe de estado.
Al verse rodeada de unas quince personas que le decían “traidora” por haber votado a favor de la vacancia, la parlamentaria que constantemente dice en sus discursos que siempre se debe recurrir al diálogo, decide huir. La política, que se debe a sus electores que hoy le reclaman, decidió no conversar ni explicar su postura, se resguardó con su escolta y se subió a una camioneta para salir rápidamente del lugar.
¿Por qué? Siendo blanco de un reclamo legítimo y pacífico (no hubo violencia de por medio), ¿por qué no fue capaz de dialogar si ella critica eso de otras autoridades? Extraño, ¿no? Seguramente, según su conveniencia, creerá que hay protestas pacíficas legítimas y otras que no lo son tanto y no merecen respuesta.
En otro momento y lugar, la congresista Isabel Cortez (la popular “Chabelita”) mientras daba declaraciones a la prensa y también se encontró con algunos detractores. Sin violencia, un señor bastante mayor le increpó su hipocresía. ¿Cuál creen que fue la reacción de la congresista de izquierda que avaló la corrupción de Pedro Castillo? “¡Hazle (sic) que se retire!”, le ordenó cinco veces a su escolta.
Nos preguntamos, ¿qué pasó? ¿Por qué el autoritarismo? ¿De qué se esconden? ¿Cómo actuarían ambas congresistas si ocuparan la Presidencia de la República? ¿Huyendo y callando a quienes les reclaman? Extraño, ¿no?
Lo cierto es que el malestar de la gente parece ser contra toda la clase política. Ni los 17 meses de sobonería y alcahuetería de ambas parlamentarias parece haberles servido de mucho. Y es que, a pesar de eso, también son rechazadas.
Extra:
Algo que también nos parece extraño es cómo algunas personas que dicen ser manifestantes pacíficos, publicaban en sus redes ayer temprano cosas como “Lima va a arder si tal y tal no pasa”. Un momentito, ¿no que la marcha es pacífica? ¿Por qué ardería? Extraño uso de palabras. Esperamos no sean actos fallidos, porque dicen que son metáforas y se ponen saltones cuando se les increpa.
Extrañas metáforas que al final se vuelven realidad.
Imagen: Composición Punto Medio. Pantallazos de las congresistas obtenidos por difusión en redes.