Por Ricardo Gálvez del Bosque
El día de ayer, el Congreso rectificó la votación que impidió el desafuero del congresista Freddy Diaz, a quien se le acusa de haber violado a una subordinada suya en instalaciones parlamentarias. Gracias al escándalo suscitado tras la votación vergonzosa del martes, algunos congresistas se vieron obligados a retroceder en su afán de blindar a un personaje que habría cometido uno de los delitos más deplorables.
Sin embargo, este cambio de parecer no borra el hecho de que Gladys Echaíz y compañía sí pretendieron proteger a un denunciado por violación con múltiples pruebas y evidencias en su contra. Más bien, lo que hace es demostrar por qué las víctimas temen denunciar a su agresor. Y es que, si con un caso público y notorio, las autoridades que tienen que responder electoralmente frente a la población se sientan en la noticia, ¿qué se puede esperar cuando el caso no es mediático, y las autoridades solo responden ante sus superiores?
Escuchar al congresista Wong tratar de defender al acusado diciendo que no se le debe añadir “más leña al fuego” porque el susodicho habría cometido “un error”, ha sido una cachetada para todas las peruanas. Una afrenta directa, una patada al sentido común, la constatación de la desvergüenza absoluta, la demostración de los escasos valores de muchos de nuestros representantes.
Cabe resaltar que existen congresistas sin sangre en la cara, y que con absoluta necedad protegieron, nuevamente, al denunciado por agresión sexual. Entre ellos estuvieron el doctor (sí, ¡doctor!) Raúl Huamán y María Cruz Zeta (ambos de Fuerza Popular), el sindicado “niño” Darwin Espinoza (Acción Popular) y Heidy Juárez (ex APP). Es importante que esos nombres queden grabados en la memoria de la gente, ya que con una terquedad alucinante decidieron burlarse, públicamente, de la víctima.
Lamentablemente, esos 4 congresistas que se abstuvieron (que, para fines prácticos son votos contrarios a la inhabilitación), solo han sido destacados por su pésimo accionar en sus respectivas gestiones. Huamán y Cruz Zeta, por ser absolutamente irrelevantes. Espinoza por ser sindicado como uno de los congresistas comprados por el régimen de Castillo, y Juárez por haber sido acusada de ser el topo que grabó una conversación de la bancada con César Acuña para bajarse a la que fue la Presidenta del Congreso.
Pero lo más escandaloso es que, la congresista topo, Heidi Juárez fue Ministra de la Mujer del régimen de Castillo. ¡Ministra de la Mujer! Bueno, pues, si durante el mandato de Castillo tuvimos ministros acusados de terrorismo en la cartera de Trabajo, apologistas en el premierato, corruptos en el MTC y Vivienda, médicos estafadores en el MINSA, no debería ser sorpresa que una re-victimizadora y defensora de violadores haya estado a cargo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
¿Quieren saber por qué la gente odia a los congresistas? A mirarse al espejo, señores. Si a alguno de los parlamentarios le empieza a generar dudas el votar a favor del adelanto de elecciones, será mejor que recapacite.
Imagen: Composición Punto Medio. Heidi Juárez: Andina/Prensa Presidencia. Darwin Espinoza: cuenta de Twitter. Raúl Huamán: Publicidad de campaña en redes sociales propias. María Cruz Zeta: Publicidad de Campaña.