Por Jean Pierre Botto Vásquez de Velasco*
Suena el despertador, un café, veo Instagram o Tik Tok, me levanto a trabajar, otro café, más Instagram, sigo trabajando, otra vez Tik Tok, un café más, comemos apurados, más redes sociales, salgo de trabajar, Netflix, series o noticias, un poco más de Instagram, como cualquier cosa, por fin me echo a la cama con la esperanza de esta vez sí poder dormir más. Pasan los minutos, cuento ovejitas a ver si puedo por fin descansar. Me levanto de madrugada, más redes sociales, me vuelvo a acostar. Suena el despertador…
¡Ah! Y que no se detenga el tiempo para reflexionar un poco sobre nuestra vida, porque hay que ser productivos, ¡hay que hacer, hay que vivir!
Cuando hay un momento “improductivo” en donde nos detenemos y simplemente sentimos lo que somos cuando no estamos en esa vorágine, o hay un agobio de seguir haciendo cosas o hay una sensación de vacío. Para estas alturas de tu vida, espero, deberíamos entender de que este ritmo ni es productivo ni nos va a llevar a ningún lado deseable.
Algunas veces, tengo la esperanza, de que somos conscientes que necesitamos un cambio:
- No renunciar, ni hacer nada absoluto ni impulsivo.
- Sí reconocer que, aunque nos obsesionemos diciendo de que NO tenemos tiempo, la verdad es que SÍ podemos. Y más importante, debemos crear tiempo para darle lugar a esa dimensión más íntima y profunda que TODOS, sí todos, ¡el 100% de las personas tenemos!
- Tenemos un cuerpo físico que tiene necesidades específicas.
Un poco más sutil son las emociones que el cuerpo siente. Por un lado, motivación, alegría, risas, ganas, voluntad; por otro lado firmeza, pasión, rabia, frustración, tristeza, desesperanza.
Más sutil aún son los pensamientos que tenemos. Miles cada día. Muchos de ellos siguen un patrón recurrente. Refuerzan miedos, inseguridades y creencias que nos hacen daño. Otros más bien enriquecen nuestra vida, nos impulsan, nos motivan.
Y más profundamente aún y lo impregna todo, el Espíritu.
Cuando los científicos le decían a Facundo Cabral: “Usted habla del Espíritu y hemos abierto cien mil cadáveres y no hemos visto ni rastro de ese Espíritu”, él respondió “cuando muera su madre pártanla en mil pedazos y encuentren el Amor que ellas les dio”.
Nos da miedo lo Eterno, lo insondable, el vértigo que se siente tomarnos un rato a simplemente experimentar las sensaciones que surgen en nuestro cuerpo, las emociones del corazón y el fluir de los pensamientos.
Pero el tiempo pasa. No siempre tendremos 30, 40, 50 años. La vida continúa y habrá ese momento en donde ya no hay vuelta atrás y hubiésemos querido empezar antes.
Te propongo 3 simples formas de conectar profundamente contigo:
- Entrena físicamente. Fuerza con peso, algún deporte de resistencia y habilidades básicas.
- Aprende a movilizar tu cuerpo Somáticamente con el Yoga, Chi kung, Tai Chi o baile, donde movilices articulaciones de forma amplia y expresiva.
Estas dos puedes hacerla una, dos o tres veces por semana entre 20 a 60 min.
- Dedica tiempo a la quietud y el silencio. Puede ser escribiendo, respirando o más profundamente con los ojos cerrados al Meditar. Con un minuto ya es algo. 5 ya es una práctica. Si lo haces por 11 minutos considera bastante sostenible lo que haces.
Sé que hay que trabajar, estar con la familia, dedicar tiempo a las cosas de la casa. Pero tú y yo sabemos que, si verdaderamente lo deseas, siempre puedes crear tiempo.
Y lo mejor de todo es que te lo vas a agradecer.
*Sobre el autor: Entreno el cuerpo y guío Espiritualmente a personas con altos niveles de estrés y responsabilidad. Aprendí a Escuchar profesionalmente, eso ayuda a abrirse y expresar lo mas elevado y lo más oscuro de cada uno. Luego con la práctica de Yoga y el entrenamiento de Fuerza desarrollamos una profunda conexión cuerpo y mente equilibrada. Empecé estudiando publicidad y después de renunciar al BBVA me inicié en un viaje interior. Recorriendo comunidades alternativas, marginales y nativas del Perú y Latinoamérica. Fundé el proyecto Lima Compost. Desarrollé mi trabajo en Perú, Costa Rica y Alicante, España, donde vivo actualmente.
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