Por Ricardo Gálvez del Bosque
Hace unos días, el Centro Líber consiguió que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) le entregara el manifiesto de pasajeros de un vuelo que realizó el avión presidencial el 23 de junio de este año rumbo a Chiclayo. De acuerdo al documento oficial que habría facilitado la FAP, entre los pasajeros se encontraba un “sobrino” del Presidente de la República que se identificó como “Lay Vásquez Castillo” con un número de DNI falso.
¿Quién sería este nuevo “sobrino” presidencial que comparte dos apellidos con el prófugo de la justicia y que tiene un nombre que rima con el suyo? Lo curioso es que el fantasmal pasajero fue hasta Chiclayo pero no regresó en el vuelo de vuelta. Lógicamente, la sospecha es clarísima: Lay sería el prófugo Fray yendo rumbo al norte. ¿Adivinan para qué? La respuesta se cae de madura.
Al revelarse esta información, el community manager que maneja la cuenta de Twitter de Pedro Castillo lanzó un mensaje que no respondía los verdaderos cuestionamientos sobre este hecho (pero sí se victimizaba ¡Obvio!). En él dijo textualmente:
“Rechazo rotundamente que el señor Fray Vásquez haya viajado en el avión presidencial. Con esta patraña quieren afectar la gobernabilidad y democracia. Soy respetuoso del Estado de derecho y la justicia. El documento ha sido manipulado para crear una situación que nunca ha existido”
La supuesta indignación del Presidente resulta bastante ridícula, sobre todo luego de que en otro episodio cantinflesco se habría tratado de ocultar a su otra sobrina en Palacio de Gobierno y se borraron – ¡oh casualidad! – las cámaras de seguridad que podrían demostrar este hecho. Ya el Centro Líber manifestó que no se ha manipulado la información recibida por la propia FAP.
Si el inexistente “Lay” Vásquez Castillo, con DNI falso, subió al avión rumbo a Chimbote sin regresar, y según el Presidente no es el sobrino Fray Vásquez (quien ya era un prófugo de la justicia en ese entonces), ¿quién es ese pasajero? Lógicamente, sobre esto no hay respuesta presidencial. Y si la hubiera, podemos predecir que sería un “no sé”, o un gaseoso “que se investigue” acompañado de victimización.
Otra cosa sencilla de anticipar podría ser la respuesta – o acción concreta – que tendría el Congreso ante este nuevo escándalo. No hay que ser brujo o adivino para predecir que ésta será bien simple: silbar mirando el techo.
Dado el comportamiento de nuestras autoridades, tanto del Ejecutivo y el Legislativo, podrían llegar a aparecer fotos del sobrinísimo en ese vuelo tomándose un selfie abrazado de Castillo – ¡y hasta con un fajo de dinero en las manos! – y el Congreso no haría nada al respecto. Y del otro lado, no dudamos que surgirían las voces de los típicos ciegos ideológicos aliados de este gobierno – y alimentados por él – que seguirían con la cantaleta de que “no hay pruebas de nada”.
Así estamos, en el descaro absoluto. ¡Esto es una burla! ¡No hay límites y no hemos tocado fondo!
Imagen: Composición Punto Medio. Avión Presidencial tomado de https://www.defensa.com/peru/boeing-737-presidencial-fuerza-aerea-peru-nuevos-colores. Fray Vásquez tomada de https://caretas.pe/politica/fray-vasquez-castillo-desde-la-clandestinidad-somos-parte-de-una-persecucion-politica-y-mediatica/