Por Ricardo Gálvez del Bosque
Al poco tiempo en que asumió la Presidencia Pedro Castillo, con el nombramiento de su primer PCM Guido Bellido junto a un grupo de ministros nefastos, muchos empezaron a vaticinar la caída del régimen “en cualquier momento”. En casi un año, los peruanos hemos vivido esos momentos un montón de veces, sin embargo, Pedro Castillo sigue haciendo de las suyas desde Palacio de Gobierno y antes desde Sarratea.
Ante un Congreso inoperante, torpe y desprestigiado, y frente a una oposición llena de intereses subalternos y poco convocante, la situación que estamos viviendo es de crisis constante. Es decir, lo atípico en nuestro panorama político sería encontrar momentos de calma. Actualmente estamos tan mal que muchos se han atrevido a creer que un delincuente, como Zamir Villaverde, podría llegar a ser el héroe que salvará al Perú del caótico (des)Gobierno corrupto de Castillo. Imagínense el nivel patético al que estaremos llegando.
Tras la salida del Ministro González por armar un equipo policial que capture a los prófugos ex socios y parientes de Castillo, quedan pocas dudas sobre el proceder corrupto de Pedro Castillo y su entorno. La justicia anda detrás de ellos, y el Presidente estaría entorpeciendo sus capturas. El Congreso mismo ha aprobado un Informe en el cual se indica que estaríamos frente a un Presidente que lideraría una banda criminal desde Palacio de Gobierno.
Es de tal incongruencia la aprobación de dicho documento que, el mismo Congreso que lo suscribe ni siquiera se ha atrevido a intentar reformar el artículo 117 de la Constitución para acusar al Presidente. Es decir, saben que es corrupto, lo reconocen, pero no les interesa hacer nada al respecto. “Mejor nos quedamos todos e intentamos reformar otros 50 artículos de la Constitución para ver si nos reelegimos”. Así han actuado, bajo la lógica de impunidad y griterío para la platea.
La pregunta que nos planteamos es, ¿quién dará la estocada final? ¿Será el SUTEP tras la arremetida escandalosa de Castillo para apoderarse de la Derrama Magisterial? ¿Será la derecha extrema que no logra entender a la calle? ¿Será la calle harta por el incremento de precios, la crisis económica y la ineptitud gubernamental? ¿Serán sus – ¿ex? – aliados del Cerronismo quienes lo traicionarán por cálculo político? ¿Será la Fiscalía al descubrir más pistolas humeantes? ¿Será algún colaborador eficaz?
La salida del sexto Ministro del Interior denunciando corrupción en el Gobierno debería ser el principio del fin, como lo anticipó él mismo. Sin embargo, esto no será posible sin la fuerza de la calle.
El lunes, José Alejandro Godoy escribió en Twitter lo siguiente:
“Hay más wishful thinking en una próxima caída de Castillo que certezas. Ni hay los votos en el Congreso, ni movilización callejera, ni “bala de plata”. Y también la certeza que, con todo lo que ya se vio de podrido, el reemplazo no sería mejor. Por eso no cae.”
Godoy podría estar en lo cierto. De repente estamos ante un escenario de “horror sin fin” que podría resultar peor que un “final de horror”. El sentir de la calle pareciera decirnos que el mal se ha banalizado, ya nada nos sorprende, no hay destapes que indignen, la clase política con cuotas de poder no está interesada en buscar una salida a la crisis, la gente está adormecida.
¿Será ésta la gota que derrame el vaso? ¿Será la salida violenta de Mariano González del Ministerio del Interior la última impericia de este Gobierno?
Como no podemos contar con este Congreso, la calle tiene la palabra. ¡A despertar!
Imagen: Composición de Punto Medio. Foto original de vaso y gota tomada de https://www.esquirelat.com/fitness/gota-derrama-vaso/ . Foto de marchas de Sebastián Castañeda (Reuters) tomada de https://peru.as.com/peru/2021/08/02/actualidad/1627906289_846240.html