Por Ricardo Gálvez del Bosque
Al ver la entrevista que le realizó Sol Carreño, la semana pasada, a la ex presidenta de Nuevo Perú Anahí Durand, uno puede constatar la forma de pensar que ha tenido – y tiene – cierto sector de izquierda que se alió a Pedro Castillo. Habiéndose querido posicionar como personalidades políticas críticas a la corrupción y a la narrativa fujimorista de “el fin justifica los medios”, resulta bastante irónico verlos apañar actos que criticarían con gritos y marchas si provinieran de la orilla opuesta.
Reuniones con lobistas, licitaciones amañadas con proveedores del Estado, dinero escondido, coimas en maletas, plagios, ineptitud estatal, conservadurismo y machismo patriarcal, serían señalados con furia por la izquierda que representaba la Sra. Durand y su ex aliada Verónika Mendoza. Sin embargo, bajo la excusa de que “hay que enfrentar al fujimorismo y la derecha golpista (el cuco)”, aparentemente todo lo que suceda alrededor de ellos les resulta irrelevante.
Como en la otra orilla existe el fujimorismo (el cuco), resulta que este sector asume la camiseta oficialista como hincha de barra brava con absoluto descaro y se olvidan de todas sus posiciones críticas. No saben de la corrupción, no la ven, no les interesa el plagio, son ciegos. ¡Es que existe fujimorismo, pues!
Si hay evidencias de que Castillo lideraría una organización criminal, ¡el fujimorismo fue una banda delincuencial terrible! Si se hablan de sobornos y coimas, ¡acuérdense de los vladivideos! Si se comenta sobre la ineptitud en la gestión pública, ¡es culpa del neoliberalismo fujimorista! Ah, pero eso sí, si les preguntas sobre el rebote del PBI del 2021 tras la caída estrepitosa del 2020 – porque cerramos todo – ahí sí te comentan sobre el buen manejo de la Economía. ¡Qué tales malabares! ¿No?
Lo que sea, con tal de lograr nuestros objetivos.
La idea que tiene cierto sector que ha pensado – y seguramente lo sigue haciendo – como Anahí Durand es que “el fin justifica los medios” (¡cómo se parecen al otro extremo!). Entonces, si algún individuo que se autoproclama de izquierda llega al poder, ¡es el momento de hacer oídos sordos a cualquier cosa, olvidarnos de los principios que decíamos tener, y subirnos al barco con tal de lograr alguno de nuestros objetivos políticos! “La lucha es desde adentro, y no hay que ser ni ilusos ni idealistas en política”. Muy parecida a la lógica de Susana Villarán para justificar los delitos de lavado de activos para usar dicho financiamiento para defenderse de la arremetida corrupta de Castañeda y sus aliados.
Al estar metidos en dicha batalla, ¡ya nada importa! ¡Pónganme de compañeros a misóginos, machistas, agresores, corruptos, ineptos, ignorantes, sentenciados, lobistas! ¡No interesa! ¡Acá estamos en una batalla contra el fujimorismo, la derecha golpista, el neoliberalismo! ¡Tenemos que refundar el país!
Al hablar sobre temas éticos básicos, cuando se le pregunta a Durand sobre la tesis de Pedro Castillo, la aliada izquierdista tiene el descaro de decir que “no la ha leído”. Osea, no le interesa. Si denuncian a su aliado de robo intelectual, ¡no le importa para quién trabaja! ¡Sin sangre en la cara! ¡Como cuando le preguntan a Castillo por los 20 mil dólares de Pacheco y responde que “no le consta”!
La solución es redactar una Nueva Constitución
Durand demuestra – en casi toda la entrevista – que lo único importante para ella es lograr convocar una Asamblea Constituyente. ¿Para qué? “Para cambiar la Constitución de Fujimori (el único y gran cuco)”. ¿Qué quiere cambiar en concreto? Nadie sabe. Si te opones o cuestionas dicho propósito, empiezan con el discurso populista repetitivo de:
“Es que, ¿a ti te parece bien que las clínicas cobren por curar a los enfermos miles de soles por un paracetamol que cuesta cincuenta centavos? ¿Te pareció bien que miles tuvieran que mendigar por oxígeno? ¿Estás a favor de que las empresas contaminen impunemente? ¿Que los niños no tengan buena educación? ¿Te parece bien que los políticos corruptos nos sigan gobernando?”.
¿Qué tiene que ver todo eso con la Constitución? Nada. ¿Es que creen que pueden engañar a la gente haciéndole creer que la Carta Magna tiene artículos que dicen “se dificultará el acceso a la educación, las clínicas cobrarán lo que les venga en gana, y garantizaremos la impunidad de los políticos corruptos”?
La izquierda que representaba Durand y cree representar Mendoza es justamente lo opuesto a lo que necesita el país. Estos personajes se han desdibujado, y han terminado mostrando su verdadera cara tras las máscaras de supuestas luchas que decían batallar. Lo lamentable es que, a sabiendas de lo que hacen, pretenden seguir haciéndole creer a incautos que terminan por creerles sus discursos marketeros sobre luchas que jamás librarán si no les es conveniente.
Son lo mismo que dicen batallar, pero del otro extremo ideológico.
Imagen: Fuente Canal N. VIII Mandamiento.