Por Ricardo Gálvez del Bosque
Una acción de amparo es un proceso judicial que lo que busca es proteger los derechos constitucionales de las personas ante un hecho u omisión de alguna autoridad que las vulnere. En el caso de la contrarreforma universitaria aprobada por el Congreso, la acción de amparo interpuesta por la SUNEDU buscaría que el Poder Judicial cese la afectación del derecho vulnerado (la educación superior de calidad) y que regresemos al estado anterior. Es decir, que se invalide de alguna manera el despropósito que pretende imponer el Congreso.
Una acción de amparo es un proceso judicial de tiempos cortos debido a la naturaleza del pedido de los demandantes. En un país con un Sistema de Justicia eficiente y sensato, las resoluciones de los mismos son dadas con agilidad y profesionalismo legal, para que las afectaciones que promueve el denunciado no se concreten. Si alguien interpone una acción de amparo para que no demuelan una propiedad, no sería lógico que el juez disponga resolver la controversia 3 años después, cuando ya se construyó sobre la demolición alguna otra infraestructura. ¿Para qué serviría esa resolución en ese momento? ¿Para enmarcarla? ¿Para usarla de servilleta?
El día lunes 9 se suponía que se vería la Acción de Amparo que interpuso la SUNEDU desde febrero. Sin embargo, la jueza Andrea del Pilar Córdova, quien ve el caso, decidió de manera sorprendente suspender la audiencia y reprogramarla para el 16 de setiembre. Es decir, vería la causa dentro de 4 meses y pico, cuando ya todo el daño esté consumado. De esta manera, este proceso judicial se convierte en una “acción de desamparo”. Desamparo de cualquier ciudadano que sabe que nunca obtendrá respuesta de un Poder Judicial ilógico, irracional, de otro planeta. Básicamente, actuarán como el Sistema de Salud: atenderán al paciente cuando éste ya haya fallecido.
Si en casos emblemáticos la justicia peruana actúa de esa manera, ¿qué podemos esperar el resto de ciudadanos en caso tuviéramos que recurrir a ella? ¿Cómo resolvemos nuestros problemas? ¿A machetazos?
El tema de la SUNEDU debería resolverse con la celeridad que el caso amerita. Desde este espacio no creemos que la Virgen se le apareció a Castillo y que por eso va a observar la ley. Es simplemente una estrategia para agarrar de cuco al impresentable Congreso que tenemos al frente. De esa manera logrará que los ciudadanos y él mismo tengamos un enemigo común. Pero sea cual fuera el motivo de su “iluminación” al pretender observarla, el Congreso tranquilamente puede volver a votar por la misma ley por insistencia y ahí se acaba el asunto.
Somos de la idea de que la romántica y loable propuesta de interponer ante el Tribunal Constitucional una acción de inconstitucionalidad quizás caiga en saco roto. Peor aún con la nueva composición del TC elegida ayer por el mismo Congreso que pretende destruir la reforma universitaria. Igual, el recojo de firmas e interponer dicho recurso serán súper válidos para hacer presión mediática ante tremendo golpe del Congreso.
¿Qué hacer? Bueno, pues. Si Castillo observara la norma – sea cual sea su motivación – ésta tendrá que regresar al Congreso. Y es ahí cuando la calle tiene que salir a demostrarle a este Parlamento que, si la aprueban por insistencia, habrán cavado su tumba moral y lograrán que los ciudadanos nos organicemos para concretar su pronto término de mandato. La calle tendrá que hacer la labor pacífica pero contundente que el Sistema de Justicia y los políticos no desean realizar.
Foto: Gerardo Marín/ La República. Tomada de https://larepublica.pe/sociedad/2022/02/05/sunedu-crece-descontento-hoy-marchan-en-rechazo-a-la-contrarreforma-universitaria-congreso/