Por Gabriel Moreno Alcántara
A estas alturas del mes de abril, queda muy claro que la crisis política es severa y que las salidas constitucionales comienzan a caer en un punto gris sumamente difuso. Han fallado 2 intentos de vacancia porque se ha dicho por enésima vez que la “incapacidad moral” es un criterio sumamente subjetivo que adolece de criterios ponderables fijos, sin contar que su origen en la carta magna partió por una mala traducción de los constituyentes de inicios del s. XX, quienes interpretaron del francés “moral” por “mental”. La figura original de vacancia tan usada en los últimos 6 años debió tocarse cuando un presidente tiene un cuadro severo de salud mental o desequilibrio psicológico/psiquiátrico decretado por un profesional de la salud. Por otro lado, las denuncias constitucionales hasta el momento presentadas son débiles de cara al presidente. El caso de las declaraciones de Pedro Castillo a la CNN sobre ceder salida al mar a Bolivia no alcanza a una traición a la patria puesto que no hubo ejecución alguna del discurso manifestado; es decir, no se materializó. Mientras que el caso más reciente de Patricia Chirinos contra el presidente por el inconstitucional encierro de 22 horas el martes 5 de abril también se caería en el Congreso, puesto que la denuncia está mal enfocada. Quienes son responsables políticos de las decisiones presidenciales son los ministros en su totalidad, quienes ratificaron el decreto supremo con sus firmas. ¿Debió denunciarse al gabinete en pleno para lograr su destitución y posible inhabilitación de la función pública? Claro que sí. Finalmente, la reforma de ciertos artículos constitucionales para poder instaurar el juicio político (“impeachment” en inglés) está fuera del debate congresal dado que como toma tiempo su ratificación al carecer de 87 votos, teniendo que irse a un referéndum, no tiene el interés ideal.
En el ínterin, seguimos teniendo a un premier que alaba a Hitler y ha causado una indignación a nivel mundial. Ministros ineficientes en todo el sentido de la palabra, como el ministro MINCUL que continúa sin gestionar acciones céleres para detener el derrumbe de Kuélap o el ministro MININTER con el papelón del agotamiento de pasaportes por haber ordenado desde la presidencia la suspensión del contrato con el proveedor que ganó la válida licitación con el Estado, a fin de presuntamente beneficiar a postores afines. Y hasta funcionarios designados a dedo que no cumplen con los requerimientos indispensables para puestos estratégicos dentro de cada ministerio y departamento de ellos con el sólo pretexto de beneficiar a familiares o amistades, devolviendo favores por encima de priorizando los mejores profesionales para el Perú. ¿Qué hacer ante tal estancamiento y descalabro gubernamental? Las calles siguen reclamando con justa razón cambios y ayuda debido a la inflación por contextos internos y externos. Encuentro una salida avezada, pero con posible resultado…
Apelar a los partidos de centro como líderes de un diálogo político de emergencia que busque consensos en pro del país. Actualmente, son 42 congresistas de bancadas que representan a partidos que se autodenominan de centro: 15 de Acción Popular (AP), 14 de Alianza Para el Progreso (APP), 5 de Somos Perú (SP), 3 del Partido Morado (PM), 4 de PODEMOS (PP) y Carlos Anderson, quien es ahora independiente en todo el sentido de la palabra. ¿Ustedes creen que los líderes y/o presidentes de estos partidos no podrían coordinar una serie de reuniones para ver cuál sería la mejor estrategia a tomar? Sí, pues…tendrían que llamarse a los diversos líderes de Acción Popular, en aras de incluir y no generar aún más desavenencias: Edmundo del Águila (padre e hijo), Yonhy Lescano, Mesías Guevara (incluso hasta García Belaúnde y Diez Canseco) por AP; César Acuña por APP; la señora Patricia Li por SP; Luis Durán del PM, su flamante nuevo presidente; y José Luna de PP. Se lee impensado y pocas veces visto, pero en situaciones tan delicadas deben abandonarse los orgullos y mezquindades políticas para apoyar a lxs más de 31 millones de peruanxs. Incluso, se podrían tender puentes con las bancadas más pegadas a la derecha políticas. No olvidemos la notoria cercanía que demostró Acuña con Keiko Fujimori en la campaña del 2021, incluso Víctor Andrés García Belaúnde fue muy afín a la bancada fujimorista por años, habiendo incluso compartido periodo parlamentario con la mismísima Keiko. Este gancho sería clave, puesto que ella puede convencer a Rafael López Aliaga de Renovación Popular (RP) y Hernando de Soto, quien sigue siendo imagen de Avanza País (AvP). Repito, sigue sonando digno de un sueño iluso, pero no se pierde nada lanzando la propuesta…
Convenciendo a estas 3 bancadas extras, el bloque de diálogo sumaría 85 votos en el Congreso. Aun cuando no contemos a “los Niños” y demás parlamentarios que votan afines al Ejecutivo, lamentablemente, habría un bloque considerable que podría impulsar medidas urgentes con el gabinete actual y con las reformas constitucionales que se necesiten para poder hacer bien las cosas; al pie de la Constitución. No obstante, si esta opción de reunión no prospera por las fricciones entre estos mismos líderes mencionados, no sería descabellado proponer desde la sociedad civil, prensa y expertos, nombres de personajes del centro político, con experiencia en tender puentes y resolver conflictos para que sea esta la persona quien comience a convencer a líder por líder de lo que se necesita para el país y que sea su experiencia y poder de convencimiento quien el que logre agrupar a partidos responsables y que piensen primero en el Perú. Los nombres irán cayendo en el fluir de los días, pero quienes siguen la política y entrevistas en diversos medios, sabrán de quién o quiénes puedo referirme.
Espero que este insumo, que recoge ya opiniones de varios periodistas y abogados, pueda servir para continuar forjando ideas y planes que nos ayuden a salir de una inestabilidad política que no soportará 5 años, sumado a una aún latente crisis sanitaria y una grave crisis económica debido a protestas en todo el país ante el alza de precios del petróleo y bienes de la canasta básica. Lo que debe quedar claro aquí es que no podemos quedarnos cruzados de brazos mucho tiempo más, ni seguir acusándonos estérilmente unxs a otrxs de “fraudistas”, “cojudignos”, “rojos” o “caviares”. Maduremos de una vez y vayamos a la acción.
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