Por Gabriel Moreno Alcántara
Hasta antes de marzo del presente año, la exposición mediática de la vicepresidenta y actual ministra MIDIS había sido escasa y sólo enfocada a actividades internas de su cartera. Desde el mes pasado, su participación ha aumentado, no se sabe si por decisión propia, estrategia del gobierno o preparación para una sucesión presidencial que cada vez se pide más y más desde muchos sectores. Ante el mensaje que dio el presidente en el Congreso como también en la defensa de Castillo en la sesión del pedido de vacancia, se vio y oyó a Dina Boluarte en fuertes abrazos con el presidente y también en mensajes ante la prensa pidiendo gobernabilidad. Superados dichos hechos y llegado el mes de abril, se conoció que Boluarte viajó a Barranquilla en su calidad de ministra MIDIS al IX Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe organizado por el Programa Mundial de Alimentos (“WFP” por sus siglas en inglés). Terminada dicha misión y ante las protestas y crisis que estalló en todo lo ancho y largo del país, se ha visto nuevamente a la vicepresidenta participando al lado de Castillo en consejos de ministros, en calidad de respaldo, pero también como una imagen fuerte de que el gobierno se encuentra fuerte por dentro y si cae Castillo, está ella presente para que no caiga este “gobierno del pueblo”, según el mantra que repite el Ejecutivo.
No olvidemos lo sucedido el último jueves en el coliseo Wanka Angélica Quintana de Huancayo, en el marco del IV Consejo de Ministros Descentralizado, cuando Dina Boluarte usó su turno de participación para comenzar cantando “Falsía”, melodía llevada a la fama popular gracias al Picaflor de los Andes. En una estrategia para calmar los caldeados ánimos de los huancaínos que estaban dentro del coliseo exigiendo disculpas y soluciones al alza de precios, pero también para denotar que este gobierno es cercano a las costumbres de dicha población, decidió entonarla, lo mejor posible, para luego continuar con la arenga: “¡Que viva la tierra huanca, hermanos y hermanas!”. En estrategia, interesante; pero en asertividad y prudencia, un tanto fuera de lugar.
Hasta el cierre de esta publicación, aún no se llega a un consenso entre los dos poderes del Estado para derogar temporalmente artículos de la ley general de IGV y promulgar otras leyes anexas a la crisis para aliviar los precios de la canasta básica peruana. Ahora bien, ¿por qué digo que “aún no se llega a un consenso”? Pues el proyecto de ley aprobado en el Congreso amplió las partidas arancelarias a sus divisiones generales, incluso considerando las subpartidas ‘comodines’ de “otros” donde pueden entrar cualquier otro bien no detallado en otro capítulo o sección y sea dicha partida la más afín a su naturaleza. En palabras generales para quienes no conocen la ley general de Aduanas, todo producto o bien que se importa debe clasificarse con un código estipulado en la gran tabla de partidas arancelarias y estos códigos de hasta 10 dígitos fungen como los DNI de los humanos. No puede ingresar al país ningún bien que no haya recibido esta partida arancelaria para su correcto tratamiento y análisis sobre qué impuestos deberá pagar el importador para poder recibir los productos. Entonces, mientras Congreso y PCM solucionan estos impasses, la crisis seguirá, junto con las protestas en la materia y los pedidos de vacancia, renuncia, destitución e incluso cierre de Congreso. Un considerable porcentaje de peruanos pide a gritos y por redes: #QueSeVayanTodos.
Por otro lado, debemos afirmar que la medida de toque de queda de 22 horas para el día martes 5 de abril, comunicada el lunes 4 a las 23:40, fue una medida claramente inconstitucional. Como ya hemos comentado desde Punto Medio, esta medida infringió el derecho a la comunicación, puesto que semejante decisión fue divulgada a tan sólo 2 horas de su entrada en vigencia, a horas donde millones de limeñxs y chalacxs ya dormían para poder iniciar sus funciones del día siguiente a tempranas horas de la madrugada incluso. Muchxs oímos el mensaje a la nación con sorpresa y dudas terribles. Otrxs se enteraron al despertar o al salir a la calle para ir a sus trabajos y toparse con una ciudad paralizada. Asimismo, al salir la norma promulgada se pudo confirmar cuán mal hecha estuvo porque ni siquiera tuvieron la inteligencia y detalle de expresar cómo sería el abastecimiento y compra de alimentos el día martes. Ni una sola línea sobre la atención de tiendas, centros comerciales, mercados, bodegas o grandes almacenes de alimentos al por mayor: NADA. Quienes no habíamos comprado el pan o las personas que no cuentan con un refrigerador y tienen que salir a diario a comprar sus alimentos del día, ¿qué iban a hacer? ¿Un ayuno de 22 horas? Una desconsideración y desdén con el “pueblo” que tanto dicen defender y por el que gobiernan. El derecho a la alimentación saludable también infringido. ¿Qué se vio el día martes? Lógicamente un masivo incumplimiento de la norma entre personas que fueron a trabajar, que salieron a comprar e incluso muchas otras que decidieron protestar por tan descabellada medida que atropellaba derechos básicos de peruanxs. No obstante, estas protestas no fueron pacíficas al 100%. Un grupo de personas aún no identificadas a plenitud (algunos sí lo han podido ser) decidieron atacar a la Policía, a los caballos suyos, a otros marchantes y al bien público y privado con total y contundente sabor a vandalismo. Exijo desde este espacio que se investiguen estos actos, pues incluso se intentó incendiar áreas de la Corte Superior de Justicia ubicada al lado del Parque Universitario.
Volviendo a Dina Boluarte, considero que su mayor presencia en actos oficiales y ante la prensa, no parte por una casualidad sin vínculo. Hay un mensaje oculto o sólo para astutos entre la población. Dina sigue presente en este gobierno, aún a pesar de críticas, presuntos actos de corrupción y medidas mal tomadas, por lo que su aval y permanencia “en este barco” está ratificada. Ahora bien, de caer Castillo por la medida que sea, ¿seguiría frente a este gobierno de izquierda? Comienzo a creer que sí, que no se irá tan fácil y que es probable que no convoque a eventuales nuevas elecciones generales sin llegar a un consenso con el Congreso o se busquen reformas políticas y electorales necesarias desde hace años. Es sólo una corazonada, pero no suena muy irreal, tampoco.
Veamos cuántos días más le tome a este gobierno implementar las medidas necesarias para aliviar los bolsillos de lxs peruanxs más necesitadxs, pero queda claro que ni la eficiencia ni la buena gestión son sellos del gobierno del presidente Castillo y que la vicepresidenta está más presente que nunca en el gobierno.
Foto: Fuente Presidencia.