Por Ricardo Gálvez
Ayer les explicábamos por qué no le creemos las excusas que ofrecen ciertos parlamentarios sobre los motivos por los cuales no ejercen eficientemente sus funciones fiscalizadoras y de contrapeso al Ejecutivo (ver aquí ). Hoy podemos presentar más pruebas de lo que afirmamos en nuestro último post, tras ver los resultados del Pleno de ayer.
UNO
Para el Congreso, lo más importante es legislar a favor de sus propios intereses. Es por eso que ayer aprobaron leyes que flexibilizan normas electorales y dan una ayudita a los partidos políticos para que puedan inscribir sus padrones de afiliados. Con lo aprobado ayer, han modificado las normas que afectan un proceso electoral que ya está en curso, y se ayudan a ellos mismos. De paso, han suspendido algunas causales de pérdidas de inscripción electoral.
¿La excusa? Vaya usted a saber. Se mandaron flores a ellos mismos, con absoluta impunidad. “Nadie se va a dar cuenta. A nadie le importa”, seguramente pensarán.
DOS
Aprobaron interpelar el 16 de marzo al mercachifle que Pedro Castillo puso como Ministro de Salud, Hernán Condori. Ojo, a interpelar, es decir, a que acuda al Congreso a responder las preguntas que le han formulado los parlamentarios. Ayer podrían haber discutido, de frente, una moción de censura. Pero no lo hicieron, y la excusa es que “hay que seguir los procedimientos escrupulosamente”. Entonces, un desconocedor del tema dirá “ah ya, así es el proceso”.
Pues desde aquí les aclaramos que eso es una mentira descarada: la censura no tiene que ir tras una interpelación, no es necesario ese primer paso. La censura es una facultad estipulada en la Constitución, cuyo requisito es presentar la moción con un número determinado de firmas. ¿A quién pretenden engañar?
¿Qué creen que han logrado con esto? Pues, el Ministro “agüita arracimada” iría el 16 de marzo a explicarles a los congresistas que no es el mercachifle que todos hemos visto que es, se hará un show, algunos parlamentarios harán contorsionismo mental para justificar su nombramiento, y luego circulará una moción de censura que demorará – calculamos – una semana (en el mejor de los casos) en lograr las suficientes adhesiones. Luego, la presentarán al Pleno una semana después, y se le designará fecha para ser debatida. Por ahí, seguramente cae una semana de representación o una agenda copada, por lo que podría debatirse – tranquilamente – 2 semanas después. Es decir, Hernán Condori podrá seguir haciendo de las suyas por un mes y pico más. Una maravilla este Congreso “fiscalizador”, ¿no?
¿La Salud, en plena pandemia, importa? No. No sean ilusos. No importa, pues. Esperen sentados – como la gente que duerme en las calles haciendo cola para ser atendidos en los hospitales – y tomen su agüita arracimada. El Congreso nos deja ahí, como muestra de su desprecio, la votación sobre esa interpelación.
TRES
Y para decir que sí le muestran los dientes al Ejecutivo, han presentado una moción de vacancia que no logrará los 87 votos necesarios. Tal cual les adelantamos ayer, van a hacer ruido y no entregarán ningún resultado.
¿Piensan reformar el artículo 117 para que el Presidente pueda ser acusado durante su mandato por delitos asociados a la corrupción? Eso no lo van a hacer, a pesar de que si lo hicieran necesitarían 20 votos menos – algo que sí es lograble – para destituir en un debido proceso a Castillo. Eso “les da flojera”, nos imaginamos. ¿Qué sí van a hacer? Un show: un proceso de vacancia que no verá la luz y victimizará al presidente innecesariamente.
Para bailar el tango patético que pretende danzar Pedro Castillo se necesitan dos. Y el Congreso se ha dispuesto a ser la mejor pareja de este Ejecutivo precario. Bien dicen que siempre hay un roto para un descosido, y este Parlamento ha hecho méritos para ser la perfecta media naranja de un Presidente que toma el Estado como botín. Así, pronto, la voz que grite “Que se vayan todos” los agarrará como la variante ómicron a un antivacuna.
Foto: Patricia Juarez: Anthony Niño de Guzmán – GEC / Montoya: Andina.